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1893. El alcalde de Villagarcía denuncia a todos los concejales

Redacción revista eSmás | revista eSmás Vilagarcía Nº41 Verano 2023

En 1893 se celebraron elecciones municipales, y salieron 13 concejales pertenecientes al Partido Conservador.
1893. El alcalde de Villagarcía denuncia a todos los concejales

En dicho año se celebraron elecciones municipales, y salieron 13 concejales pertenecientes al Partido Conservador y uno afiliado a los llamados “fusionistas”, que en realidad se trataba del Partido Liberal-Fusionista fundado por Práxedes Mateo Sagasta.

Estaba claro que el alcalde sería uno perteneciente al Partido Conservador, pero en noviembre sale una Real Orden nombrando alcalde al único concejal fusionista salido de las urnas, llamado Castor Sánchez, que por cierto tiene una calle con su nombre. Estaba claro que las trifulcas municipales serían la tónica local. Por eso, el periódico “La Corres- pondencia Gallega” decía que “desde que el nuevo alcalde tomó posesión de su cargo no cesó ni un momento en sus propósitos de deprimir a los concejales, promoviendo en las sesiones discusiones inoportunas, increpando a aquellos con frases provocativas para que abandonen la sala...” Si aun así, no ganaba el alcalde, lo que hacía era llenar la sala con personas adictas a su persona que se encargaban de animar las discusiones, y fue precisamente en una de estas situaciones, en que el alcalde presentó una proposición que podría perjudicar a una determinada industria local, por lo que un concejal manifestó su oposición a tal medida. Fue entonces cuando el público empezó con siseos y chillidos, para invadir finalmente el pleno y acorralar a los 13 concejales, que apenas tuvieron tiempo de escapar por las puertas laterales.

Cuando todos los concejales estaban fuera del ayuntamiento, el alcalde mandó cerrar todas las puertas, y a la vez redacta una denuncia contra los concejales firmada como testigos por los que habían expulsado a los concejales, en la que se decía que “los concejales habían faltado al presidente y que el público tomó la defensa de este para impedir que se le atropellase”.

A continuación, el alcalde lleva la denuncia al juzgado de Cambados, mientras los 13 concejales acusados se trasladan a Pontevedra para hablar con el gobernador, a la vez que envían un telegrama al ministro de la Gobernación denunciando los hechos, y finalmente ponen una querella criminal contra el alcalde y los que consideraban cabecillas populares.

Al cabo de un tiempo el juzgado llama a las partes para saber ¡quien tiene que pagar las costas! Van desfilando de dos en dos en el juzgado, pero a mitad del proceso, el juez tiene que ausentarse de Cambados, y el juez interino declara finalmente, “procesados a todos los concejales que intervinieron en la sesión”, y el alcalde para celebrarlo y cabrear más a los concejales se da un paseo en caballo por el pueblo. La prensa interviene con el siguiente comentario: “el alcalde que empezó sus funciones dejando cesantes a todos los municipales, ha conseguido dejar cesantes y procesados a todos los concejales. Sea enhorabuena Sr. Sánchez. Ahora ya podrá Vd. hombrear. Vd, el más desconocido, desapercibido y aburrido de los hijos de este pueblo, perpetuará su nombre y tendrá en su día una estatua “equestre” por supuesto, Sr. Sanchez, “equestre” que la estatua de Vd. no puede estar sin caballo”. Interviene el gobernador en la pelea y ordena la suspensión de cargo alguno para los concejales, nombrando a otros en su lugar, los cuales, en su primer plenario acuerdan cesar al secretario municipal, Juan F. Gándara, nombrando en su lugar ¡precisamente al juez interino que había mandado procesar a todos los concejales!

La prensa va comentando todos estos líos, y el nuevo secretario tiene que mandar una nota, diciendo que en la época en que los concejales fueron acusados, él no estaba de juez interino en Cambados, y además, declara que “ese día estaba enfermo y continué hasta el día 22 si la memoria no me falla”. (la acusación había sido el día 18)

Los concejales se defienden enviando una petición a la Fiscalía de la Audiencia Provincial, que misteriosamente no llega a Cambados. También se dirigen al juzgado comarcal de Cambados, que tampoco obtiene respuesta. Finalmente, en una tercera intentona, la Audiencia ordena que los concejales no sean procesados y que sean restituidos en sus cargos en el ayuntamiento de Vilagarcía.

¿Qué ocurre a continuación?, pues que dicha orden no llega al gobernador ni al juzgado de Cambados. Sencillamente se ha perdido en el camino, y habrá que esperar otro mes y medio para que se aclare el envió de la Audiencia Provincial, y en “La Correspondencia Gallega” aparece el siguiente artículo: “Como hasta la fecha no se ha comunicado a los concejales el alzamiento de la suspensión que sufren, es de suponer que la habrá cabido la misma suerte que el primero y no es esto lo peor, sino que ya es seguro, visto lo pésimo del servicio postal, que si el señor gobernador llega, por fin, a recibir el tercero o el vigésimo testimonio y remite al alcalde las necesarias órdenes para el cumplimiento del auto judicial, se van a extraviar también en Correos y no habrá medio de conseguir que lleguen a su destino si la valija no viene custodiada por una pareja de la guardia civil”.

Los concejales se mosquean y piensan que si la orden de suspensión de sus puestos quedó solucionada en dos días, ¿Cómo la de restitución tarda meses en llegar?
En estas elucubraciones estaban los concejales de Vilagarcía cuando ya debía de haber llegado la orden del gobernador para que ocupasen sus puestos en el ayuntamiento, ya que aparece la siguiente nota en la prensa: “Una prueba de que los concejales “interinos” se hallan muy a gusto en sus puestos y no piensan abandonarlos, así como se quiera, es que están ya ocupándose en confeccionar el próximo programa de festejos de verano, que promete ser muy variado y entretenido. Las novedades que nos ofrecerán y serán motivo de gran concurrencia. serán: Un hipódromo para grandes carreras de caballos pura sangre en Corbillón y Pardecanay, Uno queda con la boca abierta y le soltará un Sobresaliente como una Catedral”.

Aunque parezca algo excepcional esta situación de un nombramiento de alcalde con solo su voto para ser nombrado, y la oposición formada por el resto de los concejales, lo cierto que era bastante frecuente en el ámbito de los gobiernos locales.


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