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Castro de Arriba en Trabanca Sardiñeira

Alberto Martínez Gago | Revista eSmás Vilagarcía Nº 22

Posiblemente en su origen presentaría una planta de forma oval, con unas dimensiones difíciles de determinar debido a la alteración que presenta
Castro de Arriba en Trabanca Sardiñeira

Continuamos nuestro viaje por la arqueología de Arousa, en este caso nos vamos a parar en el Castro de Arriba, en Trabanca Sardiñeira.

Como ya os hemos comentado en un artículo anterior, en el ayuntamiento de Vilagarcía tenemos al menos, además del famoso Castro de Alobre, cuatro castros más: el Castro de Aralde, el Castro do Curuto o de A Bouza, el Castro de A Xaiba, y éste, el Castro de Arriba. 

Localización del Castro de Arriba en VilagarcíaEl castro se sitúa en una pequeña colina cerca de la costa desde donde se obtiene un dominio visual muy amplio del entorno. Actualmente debido a la urbanización del entorno el castro se encuentra gravemente alterado. Posiblemente en su origen presentaría una planta de forma oval, con unas dimensiones difíciles de determinar debido a la alteración que presenta. Debido a ésta y a la masa forestal presente nos es imposible documentar cualquier resto de estructura. Seguramente a lo largo de los años se han reutilizado las piedras de dichas estructuras para la construcción de nuevas viviendas y cerrados de fincas, por ej. Parcialmente se documenta algún material cerámico tanto castrexo como romano.

Cómo ya os comentamos en otros artículos, un castro es un poblado fortificado de la cultura castrexa (Edad del Hierro y época romana):

Las casas eran de piedra (en sus inicios de madera, adobe, paja-barro), con el techo de paja sustentado por un poste central y un armazón de madera. Normalmente estas estructuras se organizan en torno a un patio común formando un conjunto: vivienda, almacén o taller. El suelo suele ser de “xabre”, en ocasiones de barro apelmazado, y en algunas ocasiones, enlosado. En cuanto a las paredes, éstas, en ocasiones, estaban enlucidas en su interior para proteger de la humedad. Hasta la romanización van a ser circulares y después en algunos casos rectangulares. En muchas ocasiones dentro de las viviendas nos encontramos pequeños hogares para cocinar y calentarse.

Las construcciones romanas de los castros

En cuanto a sociedad y economía, podemos decir que los habitantes tenían una actividad agropecuaria y por lo tanto una dieta variada, así, tenían cabras, ovejas, cerdos, vacas, y cultivaban mijo, trigo, cebada, avena, etc. También aprovechaban los recursos marinos, así se suelen encontrar los denominados “concheiros”, basureros donde se documentan restos de conchas como almejas, mejillones, lapas, caramujos, etc., y es posible que también cazaran animales como jabalíes y ciervos, entre otros., cómo se ha documentado en otros castros. Además, los habitantes consumían productos más “exóticos”, provenientes del comercio con los romanos: vino, aceite y conservas de pescado, por ej.

Hasta el próximo artículo.

 


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