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Castro de Besomaño, Ribadumia

Redacción revista eSmás | revista eSmás O Salnés Nº 24 Primavera 2023

Situado en el Monte Castro y entre Leiro y Besomaño, el castro de Besomaño es una referencia en la comarca.
Castro de Besomaño, Ribadumia

 

En el corazón del Salnés, Ribadumia es un concello lleno de frondas y de rumores fluviales marcados por el curso del Ulla. Un río que ha visto pasar la historia entre sus riberas, antes y después de los romanos. El pasado ha extendido en este territorio iglesias, puentes, petroglifos y molinos que constituyen una parte de su acervo, que tiene como enseña el castro de Besomaño, de la Edad del Hierro. Situado en el Monte Castro y entre las parroquias de Leiro y Besomaño, es una referencia en la comarca por su emplazamiento, sus vistas y las muchas piezas que las distintas excavaciones han permitido recuperar. Desde hace unos años se encuentra musealizado y es visitable.

El castro se sitúa en la ladera de una colina, cerca del río Umia, en una zona de gran interés paisajístico y ecológico. Está formado por una gran muralla circular, con una altura de más de tres metros. Las excavaciones arqueológicas en Besomaño han revelado abundantes restos de cerámica, herramientas de piedra y metales, armas, joyas y otros objetos, que permiten reconstruir la vida cotidiana de los habitantes de la época. El asentamiento está datado, según confirmaron las pruebas del carbono 14, alrededor del año 520 antes de Cristo. Estuvo habitado, al menos, durante seis siglos ininterrumpidos, desde ese probable año 520 hasta el año 40 de la presente Era. Muchos son los testimonios y curiosidades que han ido aflorando en este poblamiento castreño, uno de los más significativos de la comarca tanto por la densidad constructiva como por la singularidad de sus edificaciones. En el castro había viviendas, cabañas para el ganado, cisternas, depósitos para alimentos e incluso una zona de culto.

En las diferentes campañas han salido a la luz importantes piezas, desde una olla de cobre ceremonial a monedas e incluso ídolos que sugieren la forma de guerreros. Besomaño está lleno de rarezas históricas, desde la propia entrada, que debió estar flanqueada por dos torres de observación, a construcciones singulares como la gran casa-patio descubierta, más propia de la zona de Asturias que de Galicia. También hay varias cabañas dedicadas a trabajo como hornos, almacenes o talleres de cerámica, establos y concheiros.

Para facilitar el entendimiento de las páginas de la Historia que reproduce Besomaño, el castro está musealizado tras décadas de excavaciones e investigación. Se han recuperado más de una veintena de construcciones circulares dedicadas a vivienda, otras que pudieron ser almacenes o lugar de trabajo o un horno de fundición de metales, además de la tupida red de caminos y la gran escalinata de piedra que da acceso al recinto. Para comprender la función del poblado hay instalados paneles informativos que acercan el pasado al visitante. Una mirada desde la croa –la parte más alta- permite ver toda la ría de Arousa con los elementos de defensa que tuvo el conjunto, además de observar cómo las construcciones se iban superponiendo con el paso de los siglos, aprovechando los antiguos cimientos.


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