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Castro de Cálago

Lucía D. Bóveda | revista eSmás O Salnés Nº 19 Invierno 2021

Descubrimos este yacimiento arqueológico ubicado en Vilanova de Arousa
Castro de Cálago

Tenemos tendencia a pensar que los restos arqueológicos de la Edad Antigua se encuentran, en su mayoría, en el monte o en lugares despoblados, más alejados de la civilización actual. Sin embargo, en pleno núcleo urbano de Vilanova de Arousa, a tan solo 100 metros de la costa, se puede ver el castro de Cálago. Este asentamiento, que está incluido en el Catálogo do Patrimonio Cultural de Galicia y datado en la Edad de Hierro, tiene una forma elíptica y unos ejes de 105 x 80 metros. Aún a día de hoy se puede identificar con claridad la corona y una primera terraza. Sin embargo, las investigaciones que se han hecho hasta el momento llevan a pensar que tenía una segunda, ubicada en donde a día de hoy está el cementerio de Cálago. De hecho, fue en la Edad Media cuando se estableció allí el monasterio de Cálago del que, a día de hoy, todavía se conserva su torre-campanario.

En diversas actuaciones arqueológicas que se han ido realizando en los últimos años en el castro de Cálago se han encontrado cerámicas de dos épocas diferentes: castrexa, es decir, previa a la romanización, y otra típicamente romana. Así, se descubrieron dos tipos diferentes de morteros romanos, así como vajilla fina de mesa. En concreto, se corresponde con terra sigillata hispánica, es decir, un tipo de cerámica de color rojo brillante que se fabricó entre los siglos I y III en un centro alfarero romano de Tricio, en La Rioja. También se encontró un ánfora correspondiente con la forma Haltern 70, que procedía de la provincia romana de Bética, que comprendía parte de la Andalucía y la Extremadura actuales, y que se utilizaba para el comercio del vino.


Hace un par de años un vecino de la zona encontró de manera fortuita en la zona sur del castro de Cálago unos restos óseos. La excavación arqueológica realizada después sirvieron para descubrir las extremidades inferiores, restos de la mano y de la pelvis de una persona que habría vivido en la segunda mitad del siglo V o a principios del VI, según se extrajo del análisis realizado en Miami. Además, esta investigación ha determinado que fue enterrado siguiendo el rito cristiano, es decir, con las manos apoyadas en la pelvis. Este hallazgo hace pensar que podría haber una necrópolis en la zona, pues no es habitual encontrar una sola tumba, si bien requiere de futuras investigaciones y excavaciones.

Pese a que no ha sido posible averiguar su sexo, ya que algunos de los huesos necesarios para determinarlo se encuentran en mal estado de conservación, se sabe que el individuo tendría unos 50 años, siendo anciano para la época. Además, destaca el hecho de que era cojo y tenía varices. Incluso se ha podido extraer de los análisis realizados que su dieta estaba basada, en su mayoría, en el consumo de marisco.

De hecho, donde fueron encontrados los huesos se descubrió un conchero, es decir, una fosa que se utilizaba como vertedero. Fue precisamente lo que permitió conservar los huesos, ya que la tumba estaba tapada con la tierra llena de esos restos de concha. En él se encontraron otros restos de cerámica, que hace pensar que era un puesto comercial al que llegaban las mercancías por mar, para distribuirlas al interior.


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