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Cuida tu vino después de la fermentación

Cristina Pone de Tcvin, asesoría técnica vitivinícola | Revista eSmás edición O Salnes Nº 6

El 75% del éxito de nuestro vino se debe a tener unas uvas de calidad y una higiene escrupulosa en la bodega.
Cuida tu vino después de la fermentación

Los vinos, al igual que las viñas, necesitan unos cuidados básicos que darán como resultado un producto límpido, aromático y afrutado. Un factor de gran importancia es la higiene en la bodega, hasta el punto de que podemos decir que el 75% del éxito de nuestro vino se debe a tener unas uvas de calidad y una higiene escrupulosa en la bodega.

Casi todas las enfermedades que puede tener un vino son consecuencia de contaminaciones que se producen durante el proceso de elaboración y de conservación. Por este motivo, si controlamos y analizamos los envases donde lo vamos a conservar una vez haya fermentado, tendremos mayores garantías de que nuestro producto será de calidad.

Para ello debemos saber que el oxígeno es uno de los peores enemigos que puede tener el vino. Nuestro objetivo es conseguir, ya sea por medio de rellenos o de vasijas apropiadas, que el vino nunca quede en contacto con el aire (cubas en vacío), lo que no quita que no se necesite oxigenarlo a través de las trasiegas.

El sulfatado del vino es una práctica imprescindible para conservar un vino sin oxidaciones y para preservarlo de las bacterias, que pueden propiciar el picado acético (el conocido como pique).

Además de estas precauciones, es recomendable que cada mes llevemos a revisar el vino a un laboratorio. Además, cada mes y medio, sería necesario trasegarlo, ya que con el paso de los meses el vino necesitará que lo sulfatemos, hacer correcciones de acidez, comprobar si se ha realizado la fermentación maloláctica y, en última instancia, prepararlo para el embotellado.


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