Concebida para ser “espacio multifuncional, multidisciplinar y aglutinador, propicio para la interacción cultural”, la Cidade da Cultura de Galicia llega a los diez años de vida convertida en un formidable hito arquitectónico del siglo XXI dedicado a la creatividad y al conocimiento.

Está formada por siete edificios conectados entre si por paseos y jardines. Para su construcción, su arquitecto se inspiró en los referentes tradicionales de las construcciones gallegas. Debido a que en Santiago no se puede construir ningún edificio más alto que la catedral, todas las construcciones de la Cidade da Cultura, con la excepción de las Torres Hedjuk, están encastrados a nivel del suelo. Su diseño está precisamente basado en los dólmenes, las cámaras funerarias de los primeros pobladores de la comunidad autónoma. Además, se utilizaron piedras de tonalidades claras que están orientadas hacia el oeste, de tal manera que refulgen al amanecer y, a medida que muere el día, adquieren tonalidades ocres.

El complejo imita a una concha de vieira, el símbolo de los peregrinos, y, a vista de pájaro, tiene una forma similar a la de la zona vieja de la capital compostelana. De hecho, la distribución del complejo también imita el estilo del casco antiguo, con los edificios conectados mediante trazados irregulares y soportales que desembocan en una gran plaza que organiza todo el conjunto, como lo hace la Praza del Obradoiro con las calles aledañas.

El artífice de su diseño fue el arquitecto estadounidense Peter Eisenman, miembro del grupo Five Architects de Nueva York. Sin embargo, las Torres Hejduk fueron concebidas en 1992 por el arquitecto John Hejduk como torres botánicas para el parque de Belvís, pero no se llegaron a realizar. Por eso, tras la muerte de Hejduk en 2000, Peter Eisenman decidió recuperar su proyecto y lo integró en el diseño de la Cidade da Cultura de Galicia.

¿Qué instalaciones acoge?

El artífice de su diseño fue el arquitecto estadounidense Peter Eisenman, miembro del grupo Five Architects de Nueva York. Sin embargo, las Torres Hejduk fueron concebidas en 1992 por el arquitecto John Hejduk como torres botánicas para el parque de Belvís, pero no se llegaron a realizar. Por eso, tras la muerte de Hejduk en 2000, Peter Eisenman decidió recuperar su proyecto y lo integró en el diseño de la Cidade da Cultura de Galicia.

El segundo de los edificios alberga la Biblioteca y Arquivo de Galicia. En la Biblioteca se reúne, conserva y difunde todo el patrimonio bibliográfico de la comunidad, que puede ser consultado de manera presencial o virtual. Actualmente, cuentan en sus fondos con colecciones tan importantes como el legado cultural de Isaac Díaz Pardo, obras y grabados de Seoane, la biblioteca de Basilio Losada, las obras de Carlos Casares o una completa cartografía de Galicia. Por otro lado, el Arquivo se ha convertido en cabecera de referencia del sistema de archivos gallego para recibir, custodiar y poner a disposición de los ciudadanos los documentos que, por su valor, deban ser preservados y guardados para la posterioridad.

En el complejo también se ubica, desde 2013, el Centro de Emprendimiento Creativo (CEM), donde se encuentran el Coworking Gaiás, el Vivero Gaiás y la Axencia Galega de Industrias Culturais. Es un espacio cuyo objetivo es el de ofrecer un lugar de trabajo a emprendedores, así como actividades formativas y de networking. La Cidade da Cultura también es sede del Centro de Innovación Cultural, en donde desarrolla su trabajo la Agencia para la Modernización Tecnológica de Galicia (AMTEGA).

Además, en los próximos meses se terminarán las obras de la última de las edificación, el Edificio Fontán, que pondrá fin, después de diez años, a la construcción de la Cidade da Cultura. Diseñado por el arquitecto Andrés Perea, se está levantando en el lugar en el que se iba a construir el Teatro de la Ópera y reutiliza parte de la estructura que se había levantado anteriormente. Este edificio, llamado así en honor al cartógrafo Domingo Fontán, acogerá el Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit), organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), así como tres entidades relacionadas con el Sistema Universitario de Galicia (SUG).

Todo el complejo está rodeado por el Bosque de Galicia, 34 hectáreas de especies autóctonas como castaños, robles o abedules. También cuenta con otras zonas verdes, como el Parque del Lago, el Jardín Literario y el Jardín del Teatro. Este último alberga especies botánicas de diferentes partes del mundo, además de un auditorio al aire libre, y ofrece a los visitantes diversas opciones de ocio que lo convierten en un espacio único, como una pista de skate o un rocódromo al aire libre con diferentes grados de dificultad.

Por otro lado, la Cidade da Cultura acoge numerosas intervenciones artísticas distribuidas por todo el espacio. En el Bosque de Galicia, por ejemplo, podemos encontrar Espellos, obra realizada por el artista Manolo Paz para afianzar el vínculo del complejo con la Ruta Xacobea y la ciudad de Santiago. Destaca también la intervención Singularidade, de Alicia Martín, conocida por los visitantes como bola de libros. Pese a que se instaló en un principio como una pieza temporal, se acabó convirtiendo en uno de los símbolos de Gaias y busca invitar a reflexionar sobre el exceso de información que se vive en la sociedad actual.

Después de un largo día de visita, nada mejor que disfrutar de un aperitivo en uno de sus espacios de restauración. La Cantina do Gaiás, ubicada en el edificio del Centro de Emprendimiento, está inspirada en una taberna característica del rural gallego pero trasladada a este moderno complejo y diseñada en base a mesas largas bajo unos árboles esquemáticos que evocan las romerías a la sombra de las carballeiras. Por otro lado, desde el año pasado se puede disfrutar del restaurante-cafetería del Museo Centro Gaiás.