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El antiguo asilo de Vilagarcía

Victor Viana | Revista eSmás Vilagarcía Nº 9

Doña Luisa Vila y Janer; viuda de Barges mandó construir y dotar este asilo año del Señor 1838
El antiguo asilo de Vilagarcía

 
Entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, muchos fueron los catalanes que llegaron a la ría de Arousa para establecerse como negociantes, y especialmente como fomentadores de la sardina.
Con el paso de los años, muchos de ellos volvieron a Cataluña, otros simplemente desaparecieron y algunos se identificaron con la población a través de casamientos.

En el caso concreto de Vilagarcía de Arousa, hubo tres descendientes de catalanes que merecen ser recordados por todos los vilagarcianos: José Bargués, Francisco Ravella y Luisa Vilá, la fundadora del primer asilo de Vilagarcía. Lo curioso de estas tres personas es que estaban relacionadas familiarmente entre ellas.

José Bargués, fue uno de los grandes alcaldes que ha tenido el municipio, y durante su mandato en 1873, 1874 y 1877 fue impulsor de diversas obras imprescindibles para Vilagarcía, aunque es más bien recordado por ser quien más participó en la creación de la primera banda de música de Vilagarcía. José Bargués era el esposo de la fundadora del Asilo.

Francisco Ravella es sin duda alguna el alcalde más conocido por los vilagarcianos tanto por el jardín que lleva su nombre, como por la frecuencia con que se cita al ayuntamiento como “la casa de Ravella”. Ello se debe, a que fue este alcalde el que consiguió los terrenos primitivamente llamados del “campo de Cabritas” para la construcción de una Casa Consistorial digna para Vilagarcía. Su prematura muerte en 1885 impidió ver terminado el Ayuntamiento que sí concluiría su teniente de alcalde José Maroñas. Francisco Ravella era sobrino de Luisa Vilá.

El tercer personaje, Luisa Vilá Janer, mujer extraordinariamente rica, tuvo siempre en mente la fundación de un Asilo o Residencia para los ancianos de Vilagarcía, y por ello, en su testamento del año 1892, constituía una Casa Hospitalillo “para los pobres enfermos y desamparados de este pueblo”, nombrando co patronos del mismo al Ayuntamiento de Vilagarcía y al Cura Párroco.

Conviene aclarar que antes de este asilo, del cual es continuación la actual Residencia de la Tercera Edad, había existido otro centro similar que una de sus directoras, Purificación Ruiz, denominaba como “Asilo de Ancianos y Huérfanos Pobres”, de tal modo que acogía tanto a ancianos como a huérfanos. Para mantener este anterior asilo, el ayuntamiento destinaba 1.000 pesetas cada año, aunque con frecuencia efectuaba donaciones especiales ante cualquier contingencia.

En todo caso este anterior asilo, que parece ya existía desde el año 1838, no tenía casa propia y dependía siempre de algún alquiler. Así, en alguna época estuvo en una casa perteneciente a Eduardo Fontán, por la cual pagaba el ayuntamiento una peseta diaria.

En el caso del primer asilo que tendría seguimiento en el actual edificio, es en 1893 cuando se recibe una notificación en el ayuntamiento procedente de los testamentarios de Luisa Vilá que informaron al ayuntamiento que “una de las cláusulas del testamento, bajo el que falleció la expresada señora, establece que se fundara una casa hospitalillo para enfermos pobres y desamparados de este pueblo dotada con doce camas, seis para hombres y seis para mujeres, con renta anual de 500 pesetas”.

A la vez, señalaban que dicho asilo debía ser construido en “la huerta perteneciente a la misma en el punto llamado de Santa Lucia”, por lo cual solicitaban del Ayuntamiento que otorgara la correspondiente licencia para el inicio de las obras.

El Ayuntamiento, a la vez que aceptaba ser co-patrono del Asilo, comunicaba a los testamentarios de Luisa Vilá que “no habría inconveniente alguno en contra de otorgar licencia previo el cumplimiento de los requisitos establecidos en las ordenanzas municipales, pero como el presupuesto de obras habrá de subordinarse necesariamente a la cantidad disponible pare ellas, y esta es por ahora desconocida, ya por esta causa, ya por la que tal vez el Ayuntamiento pueda allegar elementos para dar más amplitud al proyecto sin desnaturalizar el pensamiento de la Señora testadora, sería conveniente aguardar a que la herencia se liquide, poniéndose de acuerdo la corporación con los Sres. Testamentarios a quienes se comunicarán estas observaciones rogándoles se sirvan manifestar si lo consideran pertinente".

Lo cierto es que el nuevo asilo no fue entregado hasta finales del año 1897, siendo alcalde otro descendiente de catalanes, José Borruel Martí, a pesar de ciertos problemas testamentarios para la entrega de las 500 pesetas procedentes de la herencia de Luis Vilá, imprescindibles para su puesta en marcha.

Con todo, el Ayuntamiento aceptó el patronato del Asilo que compartió en esta primea ocasión con el cura párroco, Pedro Piay Rodríguez, aunque habría que esperar al año siguiente para que ingresaran los primeros asilados, que serían atendidos por religiosas Terciarias de la Divina Pastora, y por dos sirvientas: Josefa Torres y Ángela Gómez Portela, ambas de Cea. Con el paso de los años, las 12 camas que inicialmente tenía el Asilo fueron más que insuficientes, hasta llegar a principios de 1980 en que, tras sucesivas reformas y ampliaciones, albergaba hasta 50 ancianos, con los consiguientes problemas de espacio. Por ello se hacía necesario un nuevo Asilo o Residencia de la Tercera Edad, que fue terminado en el año 1985.

Tanto las autoridades de las sucesivas corporaciones, como el pueblo entero, mantuvieron siempre una deuda gratitud con Luisa Vila Janer, y por ello decidió el Ayuntamiento en 1922, trasladar sus restos junto con los de su esposo José Bargués y el recordado alcalde Francisco Ravella, al nuevo cementerio de Rubiáns. El acto fúnebre del traslado fue una completa manifestación popular de agradecimiento en el que, además de las autoridades, asistieron representaciones de todas las entidades sociales, políticas y económicas de Vilagarcía.

 

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