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El Ara a Neptuno del Castro Alobre

Alberto Martínez Gago, arqueólogo | revista eSmás Vilagarcía Nº 36 Primavera 2022

Continuamos nuestro viaje por la arqueología de Arousa, y seguimos por el yacimiento más significativo de Vilagarcía
El Ara a Neptuno del Castro Alobre

Continuamos nuestro viaje por la arqueología de Arousa y seguimos en el yacimiento más significativo de Vilagarcía de Arousa, el Castro de Alobre. Terminamos el artículo anterior hablando de la necrópolis de los siglos IV-V documentada parcialmente en su momento a principios del siglo XX en unos de los terraplenes del castro. Rectificamos el artículo anterior comentando que no fue en 1921 si no el 2 de Agosto de 1940 cuando se encontró, debido a las obras de un desmonte para el relleno del puerto, restos de una estructura y el Ara de Neptuno, depositada actualmente en el museo de Pontevedra. Nos cuenta Fermín Bouza Brey que en 1940 unos obreros que trabajaban para D. Armenio Álvarez descubrieron al pie del Castro de Vistalegre (Alobre), un ara de granito que ostenta en una de sus caras la siguiente inscripción:

Mide el ara en su conjunto 1 metro y 71 cm x 26 cm de ancho. Se compone de 3 partes: la superior, sobre la cual se emplaza el foculus (rebaje en la piedra dónde se colocaba el  incienso, una vela u otra sustancia aromática, ver foto 2) entre dos rollos, decorada con una especie de frontón rectangular y tres arcos de medio punto. La parte central que contiene el epígrafe y la parte inferior sin labrar que sería la parte que estaría enterrada con el fin de sostener el conjunto. Las letras, están en mayúsculas y oscilan entre los 6 cm y medio de la Q hasta los 11 cm de L, según Bouza Brey. Junto al ara apareció un bronce de Antonino Pío (S. II), así como restos de un cráneo, y de un edificio cuya planta no se pudo determinar.

  La importancia de este Ara es que nos dice que un habitante del castro de mediados del siglo II de nombre Quintus/inus (nombre latino), tal vez de la tribu de los Celenus (los habitantes que vivían por el margen derecho del río Ulla según las fuentes clásicas) dedicó este Ara gracias a que su cumplió un ruego, una petición, un voto que hizo al Dios Neptuno. Tal vez este Quinto fuera un comerciante del Castro Alobre que hizo la promesa al Dios Neptuno (vemos como ya han asimilado los dioses romanos a mediados del siglo II) de que le dedicaría un ara sí un cargamento comercial llegaba a su destino. Y así debió ser, pues Quinto la dedicó de buen grado y merecimiento. 

Finalizamos diciendo, que en el entorno del Castro hubo una capilla dedicada a San Cristóbal desde el siglo X al XVI. Posteriormente en el siglo XVII, se construyó el convento de la Orden de las Hermanas Agustinas Recolectas, con una iglesia consagrada al mismo santo. Según Bouza Brey este culto a San Cristóbal fue el sucesor del dedicado al dios romano Neptuno, tomando como referencia la obra de Sayntives “Saint Christophe succeseur d ́Anubis, d ́Hermes et d ́Heracles”, relacionando Bouza Brey a Heracles con Mercurio, dios del comercio y los viajes, y a este último con la personalidad de Neptuno, dios del mar. Así pues, el culto a San Cristóbal/Neptuno vendría desde muy antiguo.


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