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El Centro de Investigaciones Marinas de Vilanova

Daniela De Amorín | revista eSmás O Salnés Nº10 Otoño 2019

Detrás de la excelente producción marisquera y pesquera de nuestras rías gallegas no solo hay mucho esfuerzo por parte de los trabajadores del sector, sino también la encomiable labor científica del Centro de Investigaciones Marinas de la Xunta de Galicia (CIMA), integrado por el centro de investigación de Corón, Vilanova, y una planta de cultivos marinos ubicada en Ribadeo, Lugo.
El Centro de Investigaciones Marinas de Vilanova

 

Galicia cuenta con una biodiversidad marina única en el mundo. Sus aguas concentran hasta 6.372 especies, lo que significa que en Galicia habitan más de la mitad de las especies que existen en todos los ecosistemas marinos del territorio español, donde hay registradas 11.000 especies. Esto explica la estrecha relación de Galicia con la explotación pesquera y marisquera, que es un referente mundial por la calidad de sus cultivos. Siendo de O Salnés, no tenemos más que hablar de los reconocidos mejillones arousanos o las ostras que hace menos de un siglo abastecían a la Casa Real Española. Pero detrás de estos excelentes cultivos no solo hay mucho esfuerzo por parte de los trabajadores del sector, sino también la encomiable labor científica del Centro de Investigaciones Marinas de la Xunta de Galicia (CIMA), integrado por el centro de investigación de Corón, Vilanova, y una planta de cultivos marinos ubicada en Ribadeo, Lugo.
 

Los investigadores se establecieron en los años 60 en Corón para iniciar  el cultivo de la ostra plana


El Centro de Investigaciones Marinas, dependiente de la Consellería do Mar de la Xunta de Galicia, está situado en un enclave único que goza de las condiciones propicias para analizar los cultivos marinos. Desde su creación, la finalidad del CIMA tiene una doble vertiente: la investigación orientada para lograr la gestión racional y eficaz de los recursos marinos renovables y, por otra parte, la formación de personal técnico cualificado para dar asistencia a las cofradías que trabajan en la explotación de recursos marinos.

Vistas desde el Centro de Investigaciones de Vilanova
A mediados de 1960 se aprueba el Plan de Explotación Marisquera de Galicia, que contaba con diferentes partidas para investigar y mejorar la calidad de los cultivos marisqueros que había en ese momento en Galicia. Por aquel entonces, se establecieron los investigadores en esta zona de Corón para iniciar el cultivo de la ostra plana, diseñando técnicas para la captación de esta especie y desarrollando un parque de cultivo ostrícola. Posteriormente, a finales de los 60 y principios de los 70 se empieza a ver la necesidad de reforzar la investigación asociada a la importante actividad marisquera que se realiza en Galicia, por lo que se diseña y se aprueba la construcción del centro que hoy en día conocemos. Se trata de un gran edificio de tres plantas adaptado al entorno marítimo de la zona. Goza de una armadura de cristal que permite el reflejo del mar y evita el choque arquitectónico que podría producir una estructura de hormigón. La construcción del edificio se finaliza entre 1974 y 1975, año en el que se produce la inauguración y el asentamientos de los investigadores.

Cuatro grandes áres de trabajo

El CIMA está dividido en cuatro grandes áreas que trabajan sobre distintas líneas de investigación.El área de Patología, que cuenta con un potente equipo reconocido a nivel internacional, está centrado en el estudio de las alteraciones patológicas que afectan a los moluscos y bivalvos con interés comercial.Gran parte de sus estudios se han centrado en los parásitos que afectan a las ostras y almejas. En estos momentos, un equipo de este departamento está muy centrado en la investigación del parásito Marteilia cochillia, que en los últimos años ha mermado el cultivo de la Ría de Arousa y Pontevedra. 

El área de Acuicultura tiene como objetivo desarrollar y mejorar los procedimientos de cultivo de las especies marinas consideradas de interés comercial, dividiendo el área en dos grandes líneas de investigación. Por una parte, el cultivo de moluscos, donde se está intentando desarrollar una estirpe que sea resistente a la Marteilia y donde además, en colaboración con el parque de Ribadeo, se trabajan con otras especies como la navaja y la coquina. Por otra parte, hay una línea de investigación centrada en el cultivo de peces, donde un equipo acaba de finalizar un proyecto de carácter europeo orientado a encontrar nuevas especies que puedan ser criadas en el mar de forma industrial pero controlada. El equipo del CIMA se centró en la investigación de la cherna, una especie con características muy similares al mero.

                    Investigadora del CIMA               El centro cuenta con un amplio equipo técnico y de profesionales

En el área de Recursos Marinos la prioridad es conocer la biología, ecología y dinámica de las poblaciones marinas para mejorar la gestión de los recursos naturales. En estos momentos las investigaciones se centran en hacer un seguimientos en los lombos del Ulla para vigilar los stocks y evaluar el impacto de la actividad humana sobre el medio para garantizar una explotación sostenible. Por último, el área de Procesos Oceanográficos Costeros está orientada a determinar la presencia de toxinas en los bivalvos y microalgas para colaborar con Intecmar, ubicado en Vilaxoán, en la puesta apunto de técnicas para determinar la toxicidad de los bivalvos.
 

A través del Programa Nora de la UE se busca la recuperación de los bancos naturales de ostra muy presentes en nuestra ría de Arousa antes de los años 60

 

Carlos Gabin, director del CIMA

Los proyectos desarrollados por este centro ubicado en Vilanova nos dan a los ciudadanos de pie la posibilidad de conocer la diversidad de nuestros mares – recogida en un extenso manual desarrollado por el CIMA en colaboración con otros organismos- y entender alguna de las situaciones que se han producido y se producen en nuestras rías. Desde la desaparición de la ostra hasta las toxinas que afectan hoy en día a las almejas y mejillones que se cultivan en Arousa, pasando por la excesiva presencia de algas en nuestras costas.En cuanto a la primera cuestión, el director del CIMA, Carlos Gabín, explica que el cultivo de este bivalvo se frenó por culpa de un parásito procedente de ostras importadas desde Francia. “El parásito bonamia ostreae acabó con los bancos naturales de ostras de la ría y la actividad del sector se trasladó al cultivo de mejillón y almeja entre los años 70 y 80. Aún quedan unas 50 bateas que engordan ostras, pero se trata de una explotación testimonial comparada con hace años. Ahora hay líneas de investigación en Europa, a través del Programa Nora, que pretenden la recuperación de los bancos naturales de Ostra”, asegura el investigador. Por su parte, el director del CIMA explica que no podemos hablar de erradicar las toxinas presentes en los bivalvos, un problema que nuestras rías arrastran desde hace años. Carlos Gabín explica que las toxinas están presentes en las microalgas que forman parte del ecosistema marino, por lo que tenemos que hablar de convivir con estas especies y luchar porque sus toxinas no se incorporen a la cadena alimentaria. “Nuestro papel está en ser capaces de adelantarnos a la abundancia de toxinas en el medio y evitar que infecte a los bivalvos, además de estar ahí para estudiar la posible aparición de nuevas microalgas que portan nuevas toxinas, algo que sucede por las condiciones del medio que cambia como consecuencia del calentamiento global”, señala el director que lleva desde el 2017 al frente del centro tras más de 30 años en distintas instituciones científicas de la Consellería del Mar. Carlos Gabín, junto con los casi 70 investigadores que forman parte del CIMA, trabajan cada día para conservar y proteger nuestro rico ecosistema marino.



El CIMA de Vilanova se encarga de investigar y cuidar nuestro entorno maritimo


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