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El comercio de proximidad evita una gran subida de sus precios.

Redacción revista eSmás | revista eSmás Vilagarcía Nº 37 Verano 2022

A estas alturas, todos somos conscientes del aumento generalizado que han sufrido los precios de los alimentos.
El comercio de proximidad evita una gran subida de sus precios.

A estas alturas, todos somos conscientes del aumento generalizado que han sufrido los precios de los alimentos en el supermercado. Rápidamente lo notamos en el bolsillo y en la alacena, donde hay productos que ya no pueden entrar debido a que sus precios se han disparado fruto de la escasez. Es el caso del pescado y el aceite de girasol, cuyo precio actual triplica al de hace tres meses. Según el último informe de la OCU, la cesta de la compra se ha encarecido un 9,4% en un año, aunque en el primer semestre del 2022 el acelerón es mayor.

La crisis energética mundial y la escasez de combustibles derivada por la invasión de Rusia a Ucrania, unida a las consecuencias económicas de la pandemia, han sido algunas de las causas que han propiciado esta situación. Nadie está exento de sufrir esta pérdida de poder adquisitivo, aunque si es cierto que la subida de precios no está afectando a todos los productos por igual. Este es el caso del comercio local de proximidad, que ha sido capaz de evitar que sus precios se disparen gracias a su modelo de negocio.   “El 95% de las verduras que se venden en la plaza de abastos son cosecha propia, por lo que no hay intermediarios. Lo mismo pasa con la carne, que es directamente comprada a ganaderos locales. Lógicamente a ellos también les afecta esta crisis generalizada. Los precios se incrementan por el aumento del pienso de los animales y los suministros, pero en ningún caso se equipara a la subida que registran los supermercados”, nos explica Juan Carlos López, presidente del mercado de abastos de Vilagarcía.

Al eliminarse los intermediarios y reducirse los elevados costes del transporte de la mercancía, los comerciantes locales han podido mantener sus precios en la medida de lo posible. “La leche subió 15 céntimos en el supermercado, pero al ganadero solo le han pagan 0,3 céntimos a mayores. El importe restante se lo quedan los intermediarios. En la plaza de abastos solo tenemos productos de proximidad, los productos los compramos nosotros y así eliminamos intermediarios. Además no trasladamos nunca todas las subidas que nos afectan. Siempre intentamos mantenerlos hasta que la situación lo permita. No hacemos lo que hacen los supermercados, que han subido precios de un día para otro pese a tener grandes volúmenes de stock. La diferencia es muy grande se nota en el precio y se nota en la calidad”, destaca Juan Carlos. De esta forma, el comercio de proximidad no solo ayuda a promover la economía local. También repercute directamente en los bolsillos de sus ciudadanos. 

 


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