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El hórreo de la Xunqueira

Redacción revista eSmás | revista eSmás Vilagarcía N45 Verano 2024

El hórreo de la Xunqueira
El hórreo de la Xunqueira

Según las leyes patrimoniales de nuestro país, el grado máximo de protección al que pueden llegar los bienes muebles e inmuebles es el de Bien de Interés Cultural, también conocido como BIC. Para hacernos una idea de la importancia que tienen estos bienes, los que se consideran BIC –sin excepciones– son los museos, archivos y bibliotecas de titularidad estatal, así como todo lo que albergan en su interior. Pues bien, resulta que, en el Decreto 449/1973 del 22 de febrero se establece que “se colocan bajo la protección del Estado los “hórreos” y "cabazos" antiguos existentes en Asturias y Galicia”, ampliando esta información en el Artículo primero al especificar que se refieren a aquellos “que tengan una antigüedad no menor de un siglo, y sea cualquiera el estado que se encuentren”, quedando bajo la protección del Estado, el cual “ impedirá toda intervención que altere su carácter o pueda provocar su derrumbamiento”.

En resumen, cualquier hórreo que supere los 100 años de antigüedad es considerado BIC, pasando a tener una protección legal especial por el Estado y, en el caso de Galicia, por parte de la Xunta. Esta aproximación breve a los conceptos más básicos de la legislación patrimonial sirven para entender, sin estar vinculado al arte o al patrimonio, al menos en una cuestión normativa, cómo funciona el proceso de protección de un bien.

En este punto, ya podemos pasar a hablar del hórreo de A Xunqueira. O más bien, a no hablar de él, ya que es un fantasma en términos históricos, urbanísticos, catastrales y patrimoniales. Como marca una inscripción, data de mediados del siglo XIX –de 18[4]3–, una época en la que Vilagarcía comienza a despuntar a nivel comercial. Es un hórreo que, desde su nacimiento, fue testigo del despegue municipal de nuestra villa. Unas décadas después –en 1881– será cuando Ravella sea designado como alcalde y Vilagarcía comience su camino de desarrollo y cambios urbanísticos y económicos que podríamos extender hasta el día de hoy.

De hecho, su origen no está en el parque de A Xunqueira, ubicación actual, sino que, por testimonios de algunos vecinos, fue cambiado de sitio en varias ocasiones. Sin embargo, esto no se puede rastrear a nivel administrativo, ya que no aparece en los catastros, en los sistemas de organización urbanística de Galicia e, incluso, es desconocido por Apatrigal –Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego–. Precisamente es esta asociación la que descubre, hace un año, que el hórreo de A Golepelleira –también de mediados del XIX, del que no se tenía constancia en ningún libro o publicación– es uno de los más grandes del mundo, superando los 20 metros de largo. El caso del de la Xunqueira podría seguir los mismos pasos, ya que, sus dimensiones, son cuanto menos curiosas, pudiendo tener un ancho relevante para los récords.

De los últimos usos de los que tenemos constancia es su empleo como bar, ya situado en el parque, que, una vez cesó su actividad, dejó al hórreo en completo abandono, hasta el día de hoy. Muchas veces escuchamos que en Vilagarcía no quedan zonas históricas. Lo cierto es que es un concello bastante modernizado durante este último siglo, pero que cuenta con pequeñas pinceladas que son clave para conocer nuestro pasado más cercano. Independientemente del equipo de gobierno, el patrimonio es algo atemporal que, más allá de ser conservado y protegido, debería ser, al menos, conocido por todos y todas. No sólo porque es lo que permite saber de dónde venimos, sino porque también ayuda a comprender quiénes somos en la actualidad.

 

 

 

 

 


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