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El humor llega a la empresa

Emma Blanco | Revista eSmás edición Vilagarcía Nº 5

Es necesario enseñar a desarrollar las habilidades humorísticas
El humor llega a la empresa


Si existe algún punto positivo que sacar de esta tremenda crisis quizá sea el haber agudizado el ingenio para mejorar nuestras empresas. Es preciso mantenerse en la vanguardia del cambio para triunfar e incluso para sobrevivir en el mercado, y esto significa que la creatividad debe potenciarse a todos los niveles de la organización. Existe, hoy en día, sólo una ventaja competitiva en la que las empresas pueden contar a largo plazo: la innovación continua. Una manera de innovar, de ser creativos es simplemente incorporar el buen humor a nuestra jornada laboral. Todos odiamos cuando el reloj marca la hora de salir de cama y nos avisa para ir a trabajar. Si además, como en el caso de los emprendedores y autónomos, la jornada laboral es muy larga, esa sensación de carga puede ser agotadora. Por eso, existe la posibilidad de hacer más atractivo el horario laboral. Es decir, divertirse en el trabajo. Ser activos en nuestro puesto de trabajo y conseguir disfrutar con ello va a hacer que rindamos mejor y esto, sin duda alguna, es un valor añadido para la empresa.
¿ Porqué es tan importante desarrollar el sentido del humor? Principalmente porque en tiempos de crisis y de cambio se hace más evidente la necesidad de desarrollar aspectos internos como el sentido del humor que nos mantiene más optimistas, motivados y pro-activos.
Aprender a ser optimista, a pensar y sentir en positivo es imprescindible para sentirse bien, mejora tu salud, tus relaciones con los demás y tu satisfacción con el trabajo. Por su carácter transgresor, el humor nos invita a crear una interpretación distinta de las cosas, conectando con nuestra creatividad y favoreciendo nuestra imaginación, que es el recurso más poderoso que tenemos para crear nuevas realidades. Sin sentido del humor nos enfermamos mentalmente y nos volvemos apáticos. La risa es una inyección natural de endorfinas que actúan en el cerebro como el mejor antídoto contra el cortisol, que es la hormona del estrés.
Según varios estudios publicados acerca de la risa en el entorno laboral, los empleados que tienen mejor humor, que se ríen de si mismos o que generan risas alrededor, son más productivos, más ingeniosos, y están más dispuestos a involucrarse en nuevos proyectos, afrontando con una actitud positiva su relación con la empresa y su grupo de trabajo. Por el contrario, un clima de estrés laboral influye decisivamente en el número de bajas o enfermedad.
Hay quien utiliza, para medir el rendimiento de los empleados de una empresa, el "barómetro de la risa" que dice que , cuantas más sonrisas se ven y más risas se escuchen, mejor es la eficiencia en la empresa. Además, una empresa con sentido del humor obtiene una imagen interna más favorable, contribuyendo a facilitar la contratación y retención del mejor talento. Naturalmente, promover el humor en las empresas no significa tomarse a la ligera las responsabilidades, los proyectos o los clientes.
De lo que se trata es de restar dramatismo a lo cotidiano, de situar en su justa medida las expectativas negativas que a menudo nos creamos en el desempeño profesional, de aprender a reírnos de nosotros mismos, a la vez que nos tomamos en serio nuestro trabajo. Algunas de las técnicas recomendadas pasan por enseñar a los trabajadores a pensar en clave de diversión, por estimularles a adoptar una actitud lúdica. Para ello se pueden organizar concursos de ideas divertidas, premiar las anécdotas más graciosas de la semana, permitir que circulen pifias de los jefes, quienes deben ser los primeros en reírse de ellas y explicarlas al resto, y un largo etcétera.
Es necesario enseñar a los profesionales a desarrollar sus habilidades humorísticas y aplicarlas en su entorno de trabajo y en su vida cotidiana, para aprovecharse al máximo de los diversos beneficios de esta sorprendente capacidad del ser humano. O sea, a que se estresen menos y se diviertan más. A que sean menos solemnes, sin dejar de ser serios. En definitiva, para tener más posibilidades de éxito en la vida, los negocios, y por ende contribuir a mejorar el mundo. La felicidad en el trabajo no es un lujo. Es una necesidad absoluta para cualquier empresa que quiera sobrevivir, prosperar, innovar y crecer. Hay ya expertos en transformar empresas serias, aburridas, deprimentes y tensas en organizaciones alegres, afables, estimulantes e imaginativas.
Cada vez son más las empresas con sentido del humor que incorporan la risa y el sentido del humor en su cultura y su filosofía corporativa, su estrategia de recursos humanos o sus programas de formación y desarrollo como los casos extraordinarios de Google, Pike Place Fish o Air Nostrum. Estas empresas representan un claro ejemplo de cómo triunfar  ante el reto que nos imponen las nuevas generaciones que apuestan por el respeto de las personas, por la felicidad, el amor y el desarrollo del talento y las fortalezas de las emociones positivas.

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