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El pan artesano

Jonatan Crespo | Revista eSmás Vilagarcía Nº 8

En la panadería tradicional no hay misterios
El pan artesano

 

La presencia del pan en la dieta tradicional se remonta a la Prehistoria. También los egipcios daban mucha importancia a este producto, dado que lo consideraban moneda para pagar jornales. No obstante su mayor auge llegó con el Imperio Romano en donde existían hornos públicos y donde el pan alcanzó una gran importancia tanto a nivel de cultivo como en el sector comercial.

¿Cuál es la base de un buen pan? Pues el secreto reside en la mezcla de los ingredientes fundamentales como son la harina de cereales (de trigo, centeno, maíz, etc), el sal, el agua y la levadura para lograr el fermentado.

Bien es cierto que la panadería artesana en los últimos tiempos ha sufrido una gran transformación evolucionando hacia productos más elaborados y la introducción de nuevos complementos en las masas como, por ejemplo, las semillas (sésamo, amapola, lino), frutos secos (nueces, uvas pasas) e incluso ingredientes tan interesantes y menos comunes como el chorizo o el chocolate.

Todo ello con la intención de hacer más atractivas las propuestas finales no solo desde el punto de vista estético, sino también desde el lado nutricional. Todos estos ingredientes añaden un valor a la pieza final y siempre con la intención de conservar el buen hacer de la panadería tradicional que se basa en el empleo de la mejor materia prima, el respeto a los tiempos de fermentación y la cocción de la masa.

El buen hacer del maestro panadero es la pieza clave y esencial del proceso, pues el voleado y formado de la masa se hará de forma manual. Es precisamente esta característica la que hace diferente la pieza artesanal consiguiendo que cada producto sea exclusivo. Su presentación final es irregular, un detalle que muestra la esencia de lo tradicional.

Así pues, los fundamentos imprescindibles de la panadería artesana son el uso de materias primas de calidad; los tiempos de fermentación y el trato manual en el proceso de transformación dando al formato final la forma de barra, hogaza, bollo, rosca… A ello se le suman las distintas variedades de panes y la inclusión de complementos como semillas o frutos secos.

Cada día te encontrarás productos elaborados de un principio a fin de forma manual. Y es que “recién hecho” se aplica al producto con el que, en el mismo día, se cumple todo el proceso (mezcla de ingredientes, amasado, formado a mano, fermentado y horneado). El proceso mecánico en todo este proceso es prácticamente inexistente y la poca mecánica que se usa se adapta al entorno tradicional.

El pan artesanal es un producto beneficioso para la salud y muy nutritivo. De hecho no necesita ningún aditivo artificial. Durante el fermentado se hace uso de masas madre añadiendo también textura y sabor. El producto se adapta a las necesidades de cada cliente y se vende en tiendas especializadas.


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