Un año más, los Magos regresarán a Vilagarcía para hacer realidad los regalos solicitados en multitud de cartas infantiles. Esas que son auténticas y mantienen la ilusión. La tradición se repite cada 5 de enero y es la gran antesala del Día de Reyes, tan esperado. Melchor, Gaspar y Baltasar volverán a desfilar por las calles vilagarcianas despertando sonrisas de pequeños y mayores. La cuenta atrás para el gran día ya está en marcha.

Sus Majestades llegarán, un año más, cargados de presentes. Se espera que la cabalgata mantenga un itinerario parecido a años anteriores, partiendo de la Plaza de la II República para dirigirse a la Avenida de la Marina, Plaza de Galicia y otras arterias hasta desembocar en la Plaza de España. El desfile terminará, si nada lo impide, en la Plaza de Ravella, al lado del Concello.

Luz y color volverán para alegrar a centenares de pequeños y adultos que soportarán estoicamente los avatares del tiempo, esperemos que benigno, climatológicamente hablando. Se trata de una tradición, la de los desfiles de Reyes, que comenzó en el siglo XIX y que se mantiene en prácticamente todas las ciudades y pueblos de España.

Porque muchos se harán la pregunta, ¿de dónde vienen las cabalgatas tal y como las conocemos hoy? Buceando en el pasado y de forma oficial, el primer desfile como tal del que se tiene constancia es en 1885. El gobierno de la época lo convocó para honrar la festividad y el consenso histórico apunta a Alcoy (Alicante) como ciudad donde los Magos recorrieron las calles por primera vez, en 1886. Aunque hay otros lugares en los que también Sus Majestades levantarían el cetro, como Barcelona, unos años antes. Las crónicas no están del todo claras y no hay unanimidad sobre el asunto.

Sea como sea, los festejos ya se han convertido en clásicos y no habría Navidad sin la presencia de los Magos de Oriente. En todo el territorio se ha consolidado la tradición de ver pasar cada tarde del 5 de enero al séquito real más esperado. Y además el de Vilagarcía es uno de los desfiles reales más importantes de la provincia por su vistosidad y la implicación de los vecinos, así como de asociaciones y colegios. Varias carrozas -en torno a media docena- y la implicación de más de una decena de colectivos del municipio hacen de esta fecha un gran acontecimiento. Otros años los monarcas arribaron a estas costas en barco, propio de una urbe portuaria y marinera.

Como siempre, los monarcas de Oriente no irán solos porque llevan sus pajes y sus ayudantes reales. También los vilagarcianos que lo deseen podrán saludar personalmente a Sus Majestades en las recepciones oficiales que harán en los días previos al 5 de enero. Porque, aunque tienen mucho trabajo, los Magos tienen una deferencia muy especial con esta luminosa ciudad arousana.

Así que toda la expectación ya está puesta en estos tres reyes, los más famosos del mundo. La ilusionada espera hay que hacerla cumpliendo paso a paso el ritual. Primero, la carta en la que los niños indican cuáles son los regalos que quieren que les traigan. Se la pueden entregar en persona el 5 de enero o unos días antes, a los emisarios y carteros reales que están en el centro urbano. 

Por fin, llega después el día de más ilusión. El 5 de enero van pasando divertidas carrozas de brillantes colores que sorprenden sin parar a toda la familia. También la música ameniza esa tarde navideña. Alegría, luz y color son las palabras que definen siempre esos momentos.