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Entrevista a Carlos Álvarez Puga

Angel Chantre Cancelo | revista eSmás Vilagarcía Nº39 Invierno 2022

Presidente de la Asociación Cantarela, dedicada a la micología, y miembro de muchas otras iniciativas socioculturales.
Entrevista a Carlos Álvarez Puga

Estamos con Carlos Álvarez Puga, presidente de la Asociación Cantarela, dedicada a la micología, y miembro de muchas otras iniciativas socioculturales de la ciudad, entre las que se encuentran la Orquesta de Pulso y Púa Arousa o el Coro del Liceo, por citar solo algunas, lo que le sitúa como un referente en la colaboración ciudadana con su vecindad. 

Para empezar, vamos a situarnos en contexto: tu profesión es la de maestro y después fuiste añadiendo diversas actividades a lo largo de tu vida, ¿podrías hablarnos de esos inicios?

Soy maestro porque en mi caso no había suficientes recursos como para hacer otra carrera. Por consejo de mi padre, que también era maestro, hice magisterio. Fue una profesión que me gustó, me llevaba bastante bien con los alumnos y tuve mucha suerte además en los colegios donde estuve. Empecé estando un año en Pontevedra, luego un año en Caldas, en Vigo, después ya me fui para Zamora un par de años, Barcelona y al final vine para Vilanova de Arousa seis años y después en Vilagarcía. Estoy muy contento de mi trayectoria como profesor.

¿Cuándo empezó la participación en estas iniciativas locales?

Curiosamente, a mí la música de pequeño no me llamaba demasiado la atención. Pero cuando empecé magisterio, en la escuela de don Pepe en Vilaxoán había un laúd y nos lo dejaba tocar un poco. Yo no tenía ni idea pero me llamó la atención aquel instrumento. Después me prestaron uno que habían arreglado en casa de mi amigo Mingos, porque su padre era carpintero.  Me escribió una canción y yo al día siguiente ya me la sabía. Y se quedó asombrado. Estuve todo el día con el tema hasta que me salió.  A raíz de eso, como él también tocaba la bandurria, junto a Alfonso Galván y otras personas fundamos la rondalla de Vilagarcía. Después vino Los Ibéricos, el grupo de rock famoso en aquellos años. Y ya continué con la música; cuando estuve fuera de Vilagarcía no pude seguir pero al volver lo retomé y entré en el Liceo. Estuve en el grupo de socios fundadores de la Coral del Liceo, y esta es la parte musical. Después tuvimos muchas otras actividades, y finalmente, la orquesta de pulso y púa, en el año 88, creo que fue.

Y en el año 1983 se funda la Agrupación Micolóxica de Vilagarcía de Arousa con el nombre A Cantarela, ¿cómo surge esta idea?

En Vilagarcía en el año 79 hubo unas charlas de micología a las que asistimos bastantes personas. A mi me interesó el tema porque yo ya conocía un poco las setas tras haber estado en Barcelona, allí todo el mundo iba a buscarlas. Yo iba con algunos amigos, a veces, pero desconocía las setas que había en Galicia. Tras aquellas charlas salimos al monte y fue cuando me di cuenta de que Galicia estaba inundada de ellas. Había que mirar donde pisabas para no aplastarlas de tantas que proliferaban. Dos años después se fundó el Ateneo de Vilagarcía, del cual formé parte de la junta gestora. En esos dos o tres años que tuvo actividad yo organicé unas charlas de micología. Y pensé también que lo mejor sería crear una asociación y ya en el año 83 fundamos la agrupación Cantarela. 

¿Podrías resumir estos años de trayectoria de A Cantarela?

Empezamos con muchas ganas y con una base científica importante que partía de Enrique Valdés Bermejo, farmacéutico. Junto con él estaba también Aurelio Olivar y otras personas bastante interesadas en este mundillo que  fueron para nosotros un gran apoyo. Ellos eran la parte científica, nosotros éramos aficionados. Y hubo un boom de interés sobre aquella materia, leímos muchos libros, estudiamos, comentamos, fuimos a reuniones, a charlas… y después las cosas se tranquilizaron, digamos. La gente se acostumbró a aprender cuatro cositas para poder salir al monte y la parte científica fue decayendo. En este momento vemos que la parte de actividad, abierta al público, está bien, pero dentro de la agrupación quizás nos falta ese lado más científico. Está nuestro amigo Encisa, que es el que más domina el tema, yo un poco y paramos de contar. Pero en actividades sí, lo pasamos muy bien.

¿Crees que la afición a las setas pasa por un buen momento?

A nivel popular, sí. Es difícil no ir al monte y no ver a gente buscando setas. Pero desgraciadamente, su conocimiento sigue siendo muy bajo. La gente va a buscar dos o tres especies que conoce y el resto no es que no las coja, es que las destroza. Uno de estos días fuimos al monte con A Cantarela, y yo fui siguiendo la pista de una persona que iba delante de mi dejando detrás un boletus comestible, lo iba cortando y dejando. Se conoce que iba buscando otro tipo de boletus y como ese no le convencía lo dejaba. Esto pasa muchas veces y con muchas especies, como la Amanita rubescens o con algunos de los Tricolomas. O sea, que da pena. Digamos que el conocimiento de las setas es un poco escaso.

¿Qué les dirías a ese tipo de aficionados que actúan de esa manera?

Lo que le digo a mucha gente que nos manda preguntas por las redes sociales o por whatsapp o correo electrónico: nos envían una foto y nos preguntan qué es. A toda esa gente le recomiendo que vayan a las charlas. Las hay en Vilagarcía, en Pontevedra, en Vigo… En Galicia hay muchas asociaciones micológicas y pueden asistir gratuitamente. También tan interesante como ir a las charlas es ir a ver las exposiciones. Porque ahí aparecen setas en sus distintas etapas de desarrollo, desde que es pequeña hasta que está totalmente abierta. A la hora de usar un libro el problema es que hay una foto fija, que raramente va a coincidir con lo que uno ve en el monte. El libro es una pequeña ayuda, pero hay que ir a las conferencias, hay que ver exposiciones y salir al monte con una persona que oriente y sea experta.

¿Qué objetivos tiene A Cantarela a corto y medio plazo?

Tengo que decir que el futuro lo veo un poco triste porque no encontramos gente que continúe. Intentamos integrar gente joven a través de los concursos de dibujo y otras actividades orientadas a que los niños se interesen por el tema pero no lo conseguimos. Toda mi directiva dice que el día que yo me vaya ellos también se van, y yo les digo, “seguid alguno”, pero no hay forma. Continuamos porque tenemos buena respuesta de la gente y de los socios, pero necesitamos un relevo generacional.

Son muchas las iniciativas locales en las que has participado a lo largo de tu vida. Destacamos, por ejemplo, la Orquesta de Pulso y Púa Arousa, ¿nos podrías hablar de ella?

La orquesta se formó con antiguos integrantes de la rondalla de Vilagarcía y miembros de algunas tunas universitarias. En el año 88 acordamos reunirnos bajo la batuta de Alfonso Galván. Empezamos con las canciones de tuna pero vimos que ya no teníamos edad para andar de “tunantes” y pensamos en introducir más repertorio, como música clásica, popular y, sobre todo, los arreglos musicales de José Luis Sanz, que los hace de maravilla. Tenemos desde música de Beatles a música de películas, música europea…, de todo.

Está llegando la Navidad y saldrá la cabalgata de Reyes, ¿desde cuándo participas en ella?

Yo creo que empecé en el año 74, en aquel momento íbamos con grupos escolares, éramos algo así como los escoltas de los Reyes. El Ayuntamiento nos daba algo de dinero para poder hacer capas, turbantes y lanzas, y en el colegio hacíamos los escudos de madera. Luego pasé a la directiva de la Cabalgata durante unos años y después me centré más bien en recibir a los Reyes como paje real. Fue algo muy grato y con buena acogida. Recuerdo que cuando los Reyes venían en barco al puerto la gente estaba allí y yo, para amenizar la espera, animé a todos a que recibiesen a los Magos cantando. Cuajó muy bien.

¿Cuál es el momento que te viene a la cabeza al recordar todas esas cabalgatas que has vivido?

Un año que fui de rey y hubo un temporal impresionante. Salimos directamente del auditorio, la Cabalgata fue a toda prisa para el Concello y yo llevaba unas barbas que estaban sujetas con una goma a las orejas y me apretaban un montón. Al recibir a los niños en el Ayuntamiento uno tuvo la ocurrencia de tirarme de las barbas hacia abajo y yo pasé un dolor impresionante. Debí poner tal cara que el niño se quedó pasmado mirándome. Hubo muchos detalles buenos siempre en todo este tiempo. Y uno que me sucedió a mi cuando tenía cuatro o cinco años. Mi padre convenció a los Magos para que me visitaran en casa, yo ya estaba durmiendo y me despertaron. Cuando abrí los ojos y vi tres reyes delante de mí me quedé parado, pasmado. Mi padre me contó que yo estuve como dos minutos sin reaccionar. 

Pero los recuerdos son bonitos, con los niños, la ilusión…

Con los niños y con la gente porque la Cabalgata de Vilagarcía está compuesta por voluntarios. En otras zonas entran entidades oficiales, comercios, organismos diversos, pero aquí es solo la gente y ese es un gran mérito, lo mejor. Es el pueblo el que hace su cabalgata.

¿Qué otras iniciativas en las que has participado te gustaría recordar?

Me gustaron todas. En los años de fundación del Cineclub, a mediados de los años setenta, hubo un boom cultural muy grande. En Vilagarcía se fundó en aquel momento la Asociación Cultural de Arousa. Donde estaba la antigua bolera tenían un salón amplio y ahí celebramos unas exposiciones y trajimos grupos musicales, entre ellos a José Afonso de Portugal, el de “Grândola Vila Morena”. Tuvimos que mandar el listado de canciones e intérpretes que venían a Pontevedra, al Gobierno Civil. Y censuraron un montón de temas. Pero los músicos que venían las cantaron igual. Estábamos en la puerta vigilando la calle para que no viniera la policía. Después se fundó el Cineclub, estuvimos en la directiva y luego ya el Ateneo, y de ahí fue de donde surgió, como dije, la Cantarela. Esa época de esos años, si pudiera volver a revivirla, lo haría. Recuerdo los coloquios tras las sesiones del Cineclub, con todo el mundo buscando la parte política a la película. Fue una época interesante.

Desde tu punto de vista, ¿Cómo ves el estado actual de las actividades socioculturales en Vilagarcía?

En Vilagarcía es increíble el número de agrupaciones culturales que existen. Aquí se puede hacer absolutamente de todo. Puedes cantar, bailar moderno, clásico, puedes hacer artes marciales, cualquier tipo de música, grupos de rock; Vilagarcía en cualquier tipo de actividad sociocultural es un boom.

¿Crees que se podría mejorar?

Lo que me gustaría es que hubiera un poco más de interacción de la gente que participa en los diversos grupos, es decir, es como si todo se centrase por edades. Hay que pensar que los miembros de la sociedad van cumpliendo años y llega un momento en que, si no hay renovación, no hay interacción en las agrupaciones, estas se acaban. Me gustaría que hubiera esa mezcla de edades. Se enriquecerían todos, se podrían intercambiar ideas y opiniones o gustos musicales.

Eres una persona muy querida en Vilagarcía, hasta el punto que desde el Concello se te hizo un homenaje por tu ochenta cumpleaños, ¿cómo fue ese momento?

Fue una sorpresa total. Me llamaron del Ayuntamiento para hacer una rueda de prensa sobre el Outono Micolóxico y fui allí con mis papeles, todo preparado y noté que había mucha prensa. Me dijeron que me sentase, que yo iba a ser el protagonista. Detrás había un cartel con mi cara en la cabalgata pero yo no había reparado en la foto, hasta que me dijeron que volviese a ver la imagen y me di cuenta de que era yo. Fue una sorpresa muy agradable, estoy muy contento y muy agradecido. 


Eres un referente en la colaboración con iniciativas ciudadanas locales, ¿qué les dirías a los jóvenes vilagarcianos para que se unan a este colaboracionismo?

Haría una llamada en nombre de todos los presidentes y directivos de todas las agrupaciones que tienen el mismo problema que nosotros, y es que no entra gente joven. Yo les diría que miren la parte divertida de la actividad, la que sea, y por poco que vean que se pueden divertir y pasarlo bien, o aprender, que se metan. Y que no piensen que ese va a ser su sitio para el resto de su vida, no; es un punto de referencia para probar a ver si les gusta, y si es así, continuar.


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