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Entrevista a Jordi Aragonés, preparador físico de la Selección

Daniela De Amorín | revista eSmás Vilagarcía Nº26 Otoño 2019

Santiagués de nacimiento, pero vilagarciano de adopción. Jordi Aragonés no es solo el preparador físico de la Selección Española de Baloncesto Femenina, es también un auténtico coleccionista de medallas. Bajo sus órdenes, la absoluta de baloncesto está viviendo su época dorada. Desde que forma parte del equipo técnico de la selección ha conseguido nada menos que tres oros (Eurobasket 2013, 2017, 2019), dos platas (Mundial 2014 y Juegos Olímpicos 2016) y un bronce en el Eurobasket 2015.
Entrevista a Jordi Aragonés, preparador físico de la Selección

Santiagués de nacimiento, pero vilagarciano de adopción. Jordi Aragonés no es solo el preparador físico de la Selección Española de Baloncesto Femenina, es también un auténtico coleccionista de medallas. Bajo sus órdenes, la absoluta de baloncesto está viviendo su época dorada. Desde que forma parte del equipo técnico de la selección ha conseguido nada menos que tres oros (Eurobasket 2013, 2017, 2019), dos platas (Mundial 2014 y Juegos Olímpicos 2016) y un bronce en el Eurobasket 2015. Todo un hito histórico en el deporte español. Apasionado del baloncesto desde muy pequeño, Jordi no dudó en aprovechar las oportunidades que se le fueron presentando. Así fue como acabó en la Selección y en Polonia trabajando con uno de los equipos más importantes del país: el Wisla de Cracovia. 
 


¿Cómo es que un santiagués acaba viviendo en la capital arousana?

Como bien dices nací en Santiago pero como mis padres eran profesores durante mucho tiempo no tuvieron la plaza fija entonces nos fuimos moviendo por diferentes ciudades de Galicia. Vivimos en Chantada, en Cambados, en Verín y acabamos aquí en Vilagarcía cuando yo tenía diez u once años por lo que mi vida la desarrollé aquí hasta que me tuve que marchar por motivos laborales, así que sí me considero muy vilagarciano.

Entonces más bien viviste aquí durante tu adolescencia.

Sí, empecé en la Filipensas cuando de aquella aún era 6º de EGB y cursé todos mis años de instituto aquí. Luego ya estuve estudiando la carrera de INEF en A Coruña pero seguía viniendo aquí a pasar los findes y mis amigos, mi pareja en aquel momento y todo lo tenía aquí

Ya llevas muchos años en el extranjero pero has podido ver la evolución de la ciudad desde fuera. ¿Cómo valoras la transformación que ha sufrido Vilagarcía en estos años?

Hombre yo siempre estoy muy pendiente de lo que pasa aquí, el otro día aún le decía a mi padre que yo cada día me meto en los periódicos locales para enterarme de las cosas que pasan en la zona. A mí Vilagarcía la verdad que es una ciudad que me encantó siempre y creo que poco a pocJordi Aragonés en el Extrugasao, al igual que otras ciudades, ha ido creciendo y la considero una de las ciudades más importantes de Galicia. Quitando obviamente las ciudades más grandes como Vigo, Santiago etc. creo que Vilagarcía es es un referente gallego por muchos motivos y últimamente bastante por el deporte, que nos está dando muchas alegrías gracias a jugadores como Antón, el Arosa…

Justamente ahí quería llegar, porque Vilagarcía siempre ha sido una ciudad muy ligada al baloncesto con grandes equipos y muy buenos profesionales.

Sí, es verdad. Yo desde que llegué aquí recuerdo a una ciudad muy aficionada al baloncesto. Hubo mucha gente que se dedicó a este deporte y ayudó a impulsarlo de distintas maneras. El Cortegada, el torneo Liceo Casino, ahora el tema este del torneo Encestas Rías que trae a jugar aquí a la ciudad a equipos de la ACB, por lo que tiene un valor increíble. Siempre hubo gente moviéndose para apostar por el baloncesto y eso que es complicado porque siempre necesitas el apoyo de empresas que a través del patrocinio lo financien porque es verdad que la ayuda pública o institucional no suele ser suficiente. Y por ejemplo en el caso del baloncesto femenino es complicado conseguir ese apoyo para que puedan volver a dar el salto a la primera división. Pero lo importante es que haya gente moviéndose y aficionados que lo apoyen para salir adelante.


En tu caso, ¿cómo y cuándo empezó tu vínculo con el mundo del deporte en general y el baloncesto en particular?

Desde niño siempre me gustó el deporte. Siendo muy pequeño me enganchaba a ver cualquier deporte en la tele, desde fútbol hasta natación, pasando por baloncesto y los Juegos Olímpicos que siempre me encantaron. Cuando viví en Cambados empecé a jugar al fútbol con unos amigos pero como mi padre había jugado al baloncesto y a mí también siempre me había llamado la atención entonces empecé un poco a jugar con mis amigos. Cuando me vine a Vilagarcía mi padre empezó a mirar opciones de clubes para apuntarme y me comentó lo de la escuela del Liceo. Me animé y recuerdo que solo entrenaba los sábados y luego jugaba algún partido, pero después ya empecé en el infantil B con Manolo Vilán que fue mi primer entrenador. A partir de ahí ya me enganché, mis amigos estaban todos relacionados con el baloncesto y así hasta ahora.

¿Cuándo diste el paso de jugador a preparador físico? ¿Fue algo vocacional o un cúmulo de circunstancias?

Cuando me fui A Coruña a estudiar INEF yo acabé la etapa junior aquí y me era muy difícil venir aquí a jugar, intenté compatibilizar un tiempo pero era realmente complicado. En A Coruña también busqué opciones de jugar, incluso estuve en algún equipo, pero no tenía muchas opciones tampoco. Entonces ya luego en la carrera hablando con mi profesor de la maestría de baloncesto le pregunté si sabía de un club donde pudiese empezar a entrenar a críos y empecé a entrenar en Abrente. Yo solo sabía que el baloncesto me encantaba y cómo se me estaba acabando la opción de jugar y estaba sacando la carrera pues decidí enfocar mi futuro laboral por ahí. Al principio era entrenador general pero la preparación física siempre me gustó así que tiré por ese camino, de hecho por aquel entonces también empecé a ser el preparador del equipo senior en Abrente y así seguí hasta hoy en día.


Conjunto de fotos de Jordi Aragonés

Una de las oportunidades que tuviste por aquel entonces fue en el Cortegada, donde estuviste 9 años trabajando. ¿En aquel momento te esperabas que llegarías tan lejos?

No, no. Era algo que yo hacía casi prácticamente por hobbie. En aquel momento casi ni se ganaba dinero con este trabajo, más bien lo que te daban era una ayuda. Antes del Cortegada estuve en el Xuven de Cambados con Andrés Aragunde y también en el Leva, que fue una etapa muy bonita pero complicada porque los resultados no acompañaron y Andrés en Navidades se fue y yo me fui con él por esa fidelidad de que había sido él quien me había llamado. Luego aquí estaba en Carril de director del Cortegada Miguel Ángel y me ofreció empezar en la escuela hasta que me ofrecieron ya el puesto de preparador físico pero lo hacía porque me gustaba, la compensación económica era una ayudita. Pero poco a poco el Extrugasa se fue profesionalizando y fue consiguiendo más apoyo económico, entonces ya acabé ganando un poco más, no era un sueldo para vivir pero día una ayuda más importante. Y entonces fue cuando me llegó la oferta de Salamanca para ser el preparador del Avenida y ya fue el salto. Pero como te digo fue algo rodado, lo hacía porque me gustaba pero en ningún momento me planteé que podría vivir profesionalmente de esto. 

Pero actualmente eres un auténtico coleccionista de medallas. Tres oros (Eurobasket 2013, 2017, 2019), dos platas (Mundial 2014 y Juegos Olímpicos 2016) y un bronce en el Eurobasket 2015. Supongo que todos fueron especiales pero si tuvieses que elegir uno ¿con cuál te quedarías? 

Es muy difícil elegir, pero yo siempre digo que la más especial fue la primera. Y no solo porque fue la primera, sino también por motivos personales. En esos momentos mi madre estaba mal y tuve que abandonar la concentración para poder venir hasta aquí y luego pasó que llegamos a la final y la federación se portó muy bien conmigo, me compró un billete para que pudiese ir allí y vivirlo de primera mano, así que fue un momento muy especial por todo esto. Y luego claro está que la medalla olímpica, es algo a lo que todo deportista aspira y tener la opción de jugar una final olímpica y conseguir una medalla de plata es algo muy especial. Pero está claro que todas fueron maravillosas, pero si tengo que elegir siempre me quedo con estas dos. 

El último éxito fue el Oro en el Campeonato de Europa que se celebró este mismo verano. A nivel de preparación física, ¿cuál fue el mayor reto que tuvisteis que afrontar para revalidar el título? 

Siempre lo importante de mi labor es que las jugadoras estén disponibles y lo mejor preparadas posibles, sin problemas de lesiones. Tuvimos un año anterior a este con muchos problemas porque teníamos a varias jugadoras importantes lesionadas entonces fue duro y este año ya nos planteamos el teme e intentamos que eso no sucediese. Previamente antes de empezar la concentración nos reunimos y evaluamos a las jugadoras disponibles, de hecho una muy importante tuvo que renunciar por una lesión y fue un palo pero entendíamos que al final era lo mejor porque tener a una jugadora mal físicamente nos carga de trabajo tanto físico como mental porque es difícil vivir esa situación en una concentración. Entonces este año nos reunimos el seleccionador y yo con médicos y fisioterapeutas previamente para evaluar cada jugadora. 

¿Estamos ante un ciclo de éxito irrepetible para la selección de baloncesto?

Sin duda. Yo creo que esta generación es insuperable. En mis redes sociales y en las entrevistas a medios de comunicación siempre lo digo. Para mí estas jugadoras son leyenda. Este ciclo que estamos consiguiendo parece fácil pero no lo es, nunca en la historia del baloncesto femenino español había pasado esto. Es muy difícil encontrar a un equipo es España con este ciclo de triunfos. Ojalá no pero creo que va a ser algo muy difícil de repetir. 

¿Que es lo más complicado de mantener en forma a jugadoras de la élite?Jordi Aragonés en el Campeonato de Francia 2013

Te diría que hoy en día complicado no es. Así como nosotros hemos evolucionado a nivel profesional, las jugadoras también lo han hecho, especialmente el baloncesto femenino. Yo desde que empecé aquí en el Cortegada he notado una evolución increíble. Las jugadoras son conscientes del trabajo que tienen que hacer, cuando acaban sus temporadas no se paran como antes tres meses para volver a empezar y era muy duro empezar después de un período de inactividad tan largo. Las jugadores son muy profesionales, muchas incluso tienen entrenadores personajes y trabajan a diario, descansan unos 15 o 20 días. Del resto, ya sea por su cuenta o con nuestra ayuda, ellas siguen trabajando y nuestro trabajo es básicamente controlar las cargas, pero es mucho más fácil que antes.

Llevas nueve temporadas en Polonia entrenando al Wisla. ¿Cómo es tu vida allí? 

Pues la verdad que ya estoy muy adaptado pero como todo al principio fue difícil porque no conocía nada de Polonia ni de Cracovia. Había jugado alguna vez allí con el Salamanca pero lo típico que vas juegas el partido y vuelves. Pero ahora tanto José Ignacio Hernández, el entrenador que vino conmigo, como yo, nos adaptamos de maravilla porque nos trataron muy bien desde el principio y nos dieron miles de facilidades. Hay costumbres muy distintas, el clima, la comida, pero la verdad que son cosas a las que te vas acostumbrando y yo ahora estoy allí como uno más. Tengo mi pareja allí, mi niña hispano-polaca, así como te digo que soy medio vilagarciano también te digo que soy medio polaco. Hasta ya sé algo de polaco, y mira que al principio era un idioma que ni me llamaba la atención porque allí me comunico todo en inglés realmente. Pero desde que conocí a mi pareja empecé a chapucear algo, también fui a algún curso y aunque no puedo tener una conversación, ya entiendo bastante el idioma. 

¿Que es lo más echas de menos de Galicia? ¿Sueles venir mucho por aquí?

Sí, suelo venir siempre que puedo. En Navidades quería venir pero al final no pude porque los precios de los vuelos eran una locura. Pero en verano siempre busco un hueco para venir porque entre que acaba el campeonato y tal son tres meses de parón, salvo cuando hay concentración de la Selección. La verdad es que se echa de menos a la familia, a los amigos, el día a día, el ambiente que hay en la calle, las tapitas, los sabores de aquí, el mar... todo un poco. Las cafeterías allí no se llevan y a mí me encanta lo de tomar el café por las mañanas en la calle. 

¿Te has planteado volver a España y entrenar a un equipo de la aquí?

No me lo he planteado por ahora porque estoy muy cómodo allí. Tengo mucha estabilidad allí con mi familia y también a nivel profesional pero es algo que no cierro. El tema del deporte profesional es que no es estable, puedes estar un año, nueve o veinte. Por eso no cierro ninguna puerta y estoy abierto a otras opciones. 

¿Cómo ves tu futuro en la Selección? ¿Volverás a estar al mando de la preparación física durante el Eurobasket del 2021, que además se celebrará en España y Francia?

Ojalá, yo desde que empecé el en 2012 espero continuar cada año. Pero la Selección trabaja con un sistema que es que no te hacen contrato.Ellos cada año firman al equipo técnico de los diferentes equipos y te llaman, entonces cada verano te llaman. Yo estoy encantado de poder seguir cada verano, pero entiendo que también los ciclos se acaban. La suerte es que los resultados han acompañado, pero es cierto que en este mundo los resultados marcan la continuidad o no, entonces puede pasar que un año no sean tan buenos y decidan renovar al cuerpo técnico. Pero yo estaré encantado de continuar y yo firmaría mi continuidad ya. 


 


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