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Entrevista a Manuel Millán, actor español de "Aquí no hay quien viva"

Rodrigo Rama | Revista eSmás Vilagarcía Nº 6

Yo creo que nunca me he ido. Suelo hacer la broma del puente aéreo Santiago-Madrid
Entrevista a Manuel Millán, actor español de


Fotografía: Padro Casal
www.dosfotografos.es
Manuel Millán es de esos Vilagarcianos que llevan con orgullo sus orígenes. Es de esos rostros conocidos que gana en las distancias cortas y también es de esos actores que se ha ido reinventando cada vez que le ha hecho falta. Profesionalidad y respeto por el compañerismo, esas son las vertientes de un actor que es infinitamente más profundo que lo que puedan revelar todos sus personajes.

¿Qué tal la vida fuera de Vilagarcía?
Yo siempre vuelvo con mucha ilusión. La gente que me conoce sabe perfectamente que me he ido por una cuestión laboral. Dejé de tener trabajo aquí en Galicia, y me fui a buscar "las Américas" a la capital, pero eso no significa que me haya olvidado de mi ciudad porque yo, fiestas, ferias y mercados, no me pierdo uno...

¿Y hay mucha competencia para hacerse con cada papel?
Muchísimo, sobre todo en estos tiempos tan negros que nos están cubriendo. La competencia es durísima. Sin embargo, allí encontré más oportunidades de trabajo y ahí estoy.

¿Da pena tener que hacer la maleta y buscar retos lejos?
Sin duda. Estoy dolido con el sector audiovisual gallego, porque de repente, de estar trabajando casi seguido aquí, se olvidaron de mí. Me han apartado u olvidado...todo está mal de unos años para aquí y el audiovisual, peor todavía.

¿Pero volverá?
Por supuesto, Yo creo que  nunca me he ido. Suelo hacer la broma del puente aéreo Santiago-Madrid. Siempre que me llaman, aquí estoy como un clavo, como el primero.

¿Se puede decir que este es el peor momento del audiovisual, desde el punto de vista de los profesionales?
Sin duda alguna. Yo estuve años sin dejar de trabajar, encadenando contratos. También es cierto que yo siempre he participado en proyectos de larga duración, que afortunadamente gustaron y estuvieron en antena. Después de esa etapa de vacas gordas han llegado las vacas flacas y he dejado de trabajar, pero como yo, cientos y cientos de amigos y compañeros.

¿Y crees que esto es cíclico?
Espero que sí, por favor. Se empieza a ver gente que encuentra trabajo, aunque con unas condiciones muy precarias. Noto cierta reactivación en el plano laboral...

¿Cómo es ser actor?
Pues yo, personalmente, procuro escapar de esa imagen que tiene la gente, que piensa: "Oh! eres actor, sales por la tele..."casi siempre cuando se me acerca gente joven y me dice que quiere actuar, o dirigir, o escribir guiones, lo primero que les digo, siempre, es que tienen que tener muchísima paciencia y muchísimo tesón. Sobre todo, los críos que se fijan en lo de salir por la tele, procuro bajarlos de la nube, de esa imagen idílica. La sociedad ha magnificado la imagen de esta profesión, simplemente porque sale por la tele. Nuestro trabajo no es diferente que la del panadero o la del camarero.


El poder de la pequeña pantalla...
Es lógico.  De hecho, la tele no es un mueble más de la casa, es una persona más. Está encendida desde la mañana a la última hora de la noche y en algunos casos, durante toda la noche. Se le pone una silla a la mesa y un lugar privilegiado en el salón. La gente ve que como salimos por la tele somos uno más de la familia y efectivamente nos tratan con cierta familiaridad. Se puede llegar a entender esa fascinación.

¿Y ocurre que le tratan como si le conocieran de toda la vida?
Sí, eso pasa. Para mí es un doble nudo en la cabeza porque yo soy muy despistado y reconozco a la gente por la cara, por el físico, no por el nombre. Pero es encantador. La gente conmigo se muestra muy amable, muy cercana. Es la parte más bonita.

Y esa peculiaridad del oficio, ¿no tiene la contraparte de no poder tomarse una caña tranquilamente en cualquier terraza? ¿La famosa fama?
Me ocurre a veces. Quien peor lo lleva es mi hija pequeña. La pobre es la que más sufre porque no podemos dar dos pasos seguidos sin pararnos a hacer una foto o charlar. Ya lo ha asumido y es ella la que hace las fotos. Es divertido.

Pero, ¿firmaría poder cambiar de rostro alguna vez y pasar desapercibido?
Bueno, la verdad es que en el fondo todos somos vanidosos y la situación tiene su puntillo...

Una anécdota confesable...
(Risas) Hace años, aquí en Vilagarcía, se acercó una señora y me dijo que su niña iba a hacer la primera comunión y quería que el cura fuese yo... a ver como le explicas tú después a la niña que no eres cura, aunque salgas con sotana por la tele todas las semanas.

Es usted para muchos el cura de cabecera de la tele.
Jajaja, estaba especializado en curas y en policías nacionales, con alguna incursión en la Guardia Civil, lo que pasa es que en estos casos siempre era el novato recién llegado de la academia. Tuve la suerte de estar en series de largo recorrido, que gustaron, gozaron del favor del público y estuvieron mucho tiempo en antena.
De hecho, se están repitiendo. Fueron básicamente Pratos Combinados, y Aquí no hay quién viva. Fueron dos personajes muy parecidos, y la gente, acostumbrada a verme durante años con sotana y alzacuellos...

¿Se siente encasillado?
No, encasillado no. Es más bien el "efecto Chanquete". El pobre Antonio Ferrandiz se murió odiando a su personaje porque un actor con esa carrera solo se le recuerda por un papel determinado.

¿Y por qué siempre le llaman para estos papeles?
Será porque tengo cara de cura. La profesión te va llevando. Una de las luchas que tenemos los actores es que si haces una comedia luego es muy difícil que te llamen para hacer drama, y al revés.
Los directores de casting juegan un poco a favor de la imagen que tiene el público de cada actor y buscan determinadas caras para determinados papeles.

Pero, ¿quizás los monólogos has roto con esos clichés, no?
El mundo de los monólogos vino, para bien o para mal, por la crisis. De repente, dejamos de tener trabajo y no puedes montar una compañía de teatro , que cuesta mucho dinero. El sitio donde actúas ya te pone el micro y el foco.

Mucha gente se pregunta por qué triunfan series como Aquí no hay quién viva. ¿Cuál es ese secreto?, porque existen espectadores que no lo entienden...
Nadie tiene ninguna varita mágica. El público es el que manda el que demanda. Es tan difícil acertar... pero en el fondo al público, si le gusta, va a ir a muerte con la serie. Se ven reflejados en unos personajes fácilmente identificables y eso da muchos puntos, pero son clave los guiones. Ha habido series con altísima calidad que al tercer capítulo las eliminaron, aunque había más episodios grabados.

Sí, pero eso es como el huevo y la gallina. Si solo se programan ciertas series, es normal que tengan tanto share acumulado...
Es cierto que hay canales digitales que se han convertido en contendedores de series antiguas. Creo que es más la idea de "me gusta lo que me están ofreciendo y lo sigo viendo", que "me trago lo que me echen". A nivel de audiencias les funciona y a nivel económico, también porque ocupan horas de pantalla y ya lo tienen pagado. Ocurre con Los Simpsons, con Platos Combinados o con Verano Azul...

¿Los actores viven muy pendientes de los share de audiencia?
Yo no, pero sí que es cierto que tengo compañeros que se levantan y las consultan, aunque creo que es más un tema de productores- El 98% somos actores por vocación, aunque está claro que nos gusta que haya audiencia, porque trabajamos para ello.
 
¿Cómo recuerda los cines clásicos de Vilagarcía?
Con muchísima ilusión. De hecho, la primera película de la que guardo recuerdo la vi en el cine Cervantes, que ardió hace muchos años. Me acuerdo, más que de ir al cine, de pararme a ver las fotos y los carteles en el Fantasio. El amor por mi profesión nació de esa fascinación por el cine que tenía desde pequeñito.

Antes no existía la cultura visual actual...
Efectivamente. Antes la entrada al mundo imaginario estaba en el cine, con aquellas salas a oscuras, pantallas enormes...

¿Cuál fue la primera película que vio?
Uf! recuerdo a Tarzán, que era enorme hablando con Chita, pero la primera fue "Viaje fantástico". Era de unos científicos que operaban a un señor muy rico, pero desde dentro y reducían la nave y a los médicos... Seguro que si la veo hoy en día de nuevo, me caerá una lágrima.

¿Y como era el ambiente de las salas de antes?
Entonces no había palomitas, había chocolatinas y gaseosas. Le imagino que habría ruido de envoltorios. El ruido siempre molesta, pero tampoco me importa que se coman palomitas, porque también es cierto que hay un cine de palomitas y un cine para ir a ver tranquilo.

¿Los actores profesionales detectan más cosas entre líneas, en las películas, que el resto de espectadores?
Yo creo que sí. Tanto las dificultades como lo bien que han sido capaces de resolverlas... Yo lo que más envidio de mis compañeros es que sean capaces de memorizar esas parrafadas enormes y las digan. Me pasaba horas viendo House. Encima con la velocidad a la que graban esas series y a la que tienes que aprenderte los guiones.

¿Y qué tal se lleva con el mundo del doblaje?
Bueno...lo he hecho, pero mal. Me pueden tachar de sectario, pero es que respeto muchísimo a los profesionales de cada parcela y deberíamos de ceñirnos a ella. El doblaje es muy difícil. Me he tenido que doblar a mi mismo para traducir del gallego al castellano. Aun así, me parece dificilísimo, porque no es literal, es una adaptación.

¿Qué opina del crowfunding cultural a día de hoy?
Pues que es una de las vías principales para que haya audiovisual. Ahí está la pasión del "quiero ser director". A esa pasión nos sumamos otros apasionados de la interpretación o de la técnica, del guión, etc. El problema es que lo poco del presupuesto se va para alquilar material y cada uno se trae su bocadillo.

¿En qué nivel de directores noveles estamos actualmente en Galicia?
Por lo general suelen ser muy buenos porque a esa pasión se suman ideas nuevas. Es gente que se ha criado con series de televisión y tienen un prisma diferente de cómo contar historias y de dónde poner las cámaras.

¿Y le gusta ese mundillo de las pequeñas obras maestras?
A mí me encanta. De hecho, hubo un tiempo en el que mis amigos me llamaba "shortman" porque no dejaba de hacer cortos. Además, si los que estamos medianamente colocados en la profesión no echamos una mano a los que van entrando, no vamos a ninguna parte.

¿Qué series consume?
Últimamente todas las que emiten en Clan, en Disney Channel y en Boing, pero se debe a mi hija, pero suelo ver series españolas. Tengo por norma personal ver siempre los dos primeros capítulos de cada serie nueva, sí o sí. Luego, si no me gusta no la sigo. Y luego veo series americanas. Se dice que el mejor cine actual está precisamente en las series y eso es porque se les da oportunidades a guionistas nuevos.

¿Qué compañero de profesión le ha impresionado más trabajando?
Depende tanto de la persona... Lo que sí he notado es que cuanto más mayor, más te ayuda y más abierto está a ayudar. He trabajado con gente de mi edad o más jóvenes que van sobrado. Recuerdo con pasión a Héctor Alterio. Es la amabilidad hecha persona. Pepe Viyuela es un tipo encantador, es un poeta genial y un clown maravilloso, además de un guionista tremendo...

¿Y de ellas?
Nuria Espert, la gran dama del teatro, sin duda... Me sentí muy cercano. Cuando me llamaron para trabajar con ella, me acojoné... en serio... me ocurrió en varias ocasiones, que te fichan para un papel muy pequeñito y luego el personaje tira o cuaja y va ampliando.

¿Cuántas cintas VHS tienes en casa?
Uy! No las he contado nunca, pero muchísimas. Yo solía grabarlas de la tele y si no, llamaba a mi hermana para que lo hiciese ella. Además soy miembro de la Academia Española de Cine y te solían mandar películas, luego DVDs y ahora apenas te mandan nada.

¿Cómo funciona lo de ser miembro de la Academia?
Te enviaban unos 15 títulos, luego bajó a 10, luego a 7, a 3 y ahora te mandan unas claves para que tu, desde tu ordenador, te las veas. Yo juro que me las veo. Si no todas, porque son muchísimas, siempre procuro votar en conciencia.

¿Y hay películas que no dan el nivel?
Sí, lo raro también sería que de cada diez títulos, los diez fuesen espectaculares. Hay de todo.

¿Hay cintas de tomas falsas de todos los rodajes que no han visto la luz?
La verdad es que no, sobre todo desde que las propias cadenas se han dado cuenta del que es un filón para poder emitir.

¿Y se lo pasan tan bien como parece?
La verdad es que sí, el ambiente en las series suele ser estupendo. Esas risas contagiosas son maravillosas, porque hay alguno que ya conoces y ya sabes que va a cortar.

Y este año fue pregonero, ¿ qué se le pasa a unos por la cabeza?
Fue una ilusión tremenda. Yo tenía muchas ganas de ir al pregón. Ya di el del agua hace muchos años y me faltaba ese.
Además he dado pregones por toda la ría y me faltaba en de mi ciudad. Cuando me llamaron fue una explosión d júbilo y acto seguido, de pánico, el "qué voy a decir?"
Me considero un lector maravilloso, pero no sé escribir pregones...Todo el mundo te dice que los vas a hacer bien, pero no es fácil hablar ante tu pueblo.

¿Lo escribió a mano o a ordenador?
Primero a mano, y luego lo pasé.

Cuando está en Madrid y la gente le pregunta por Vilagarcía, ¿ qué les cuenta?
Vilagarcía es muy conocida en toda España. Desgraciadamente fue muy conocida en su momento por otros asuntos, hay gente que ha veraneado aquí y la conocen. Madrid es un crisol donde aterrizamos desde todos los puntos. Además se empieza a conocer también la Festa da Auga. Raro es el año que no abre los informativos de mediodía a nivel nacional.

¿Cuántas Festas da Auga has vivido?
Todas no, porque alguna me la he perdido por trabajo, pero yo soy de los primeros. Estaba en la peña de Los Gloriosos, los que empezaron. No recuerdo el detalle aquel de empezar a pedir agua... y queramos o no, la gente lo de acompañar a San Roquiño hasta la ermita es sólo un trámite... hay que ser realistas. La procesión es por la tarde, lo de la mañana es a ritmo de pasodoble.

¿Con qué director todavía no ha trabajado pero le encantaría?
Alejandro Amenábar hace un cine que me encantaría. Tarantino, por qué no? Aunque sus personajes lanzan auténticos monólogos...

¿Qué no ha hecho todavía en su carrera?
Me falta el género del musical, al que le tengo mucho mucho miedo, pero también unas ganas tremendas. Mi pasión por el mundo del espectáculo viene de mi madre, que tenía un grupo de zarzuela. También es cierto que el odio musical se quedó en la rama femenina de la familia, porque yo soy de oreja de plástico. Tengo un respeto tremendo.


 

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