Tenemos en este número de la revista eSmás Vilagarcía a Mario Hermo, árbitro mundial por España de kenpo y responsable del club Kenpo Vilagarcía, que ha ganado el título a mejor club de España y, en la actualidad, cuenta con cinco deportistas de Alto Nivel DGAN de la Xunta de Galicia, dos del Consejo Superior de Deportes y otras dos Depo Promesas de la Deputación de Pontevedra. Además, hay siete deportistas del club que han sido campeones mundiales en las diferentes modalidades de kenpo.

¿Desde cuando eres árbitro mundial por España de kenpo?

La primera competición en la que participé como árbitro mundial por España fue en el Europeo de 2019, que tuvo lugar en Portugal, concretamente en Vilafranca de Xira.

¿Cómo surgió esta oportunidad?

Creo que, así como fui yo, podría haber sido cualquier otro miembro de la expedición española. En este caso yo era quien se iba a desplazar, por eso desde el departamento nacional contaron conmigo. También hizo la misma función nuestro director nacional, José María Méndez.

A lo largo de estos años has estado en varios campeonatos. El último fue el Mundial de Turquía, celebrado en octubre y el primer mundial en el que eras árbitro ¿Qué tal la experiencia de vivirlo desde “el otro lado”?

La experiencia es muy difícil, porque a mí me toca la faceta de estar allí como árbitro, pero al mismo tiempo tengo tanto deportistas como familiares compitiendo. Aunque no me coincida arbitrarles a ellos, es muy difícil estar en un tatami y saber que tus chavales están compitiendo en el otro y no poder verlos.

Llevas en el mundo del kenpo alrededor de 40 años, ¿cómo empezaste en esta disciplina?

Supongo que como casi toda la gente de mi época, a mediados de los 70. Fue cuando empezó a verse en la televisión en blanco y negro la serie de Kung Fu, con Kwai Chang Caine como protagonista. Eso, y las primeras películas de Chuck Norris, te arrastran al mundo de las artes marciales, y a mí me llamó la atención. Empecé como todos, por el hecho de querer pelear. Pero, al final, todos nos damos cuenta de que es una filosofía y una forma de vida, un deporte que no tiene nada que ver con lo que nos mostraban en la pantalla.

Para quienes no sepan de qué hablamos... ¿Qué es el kenpo?

Es muy difícil de definir, porque si lo haces como deporte te quedas muy corto, pero si lo haces como arte marcial también te quedas corto en la parte deportiva. Para nosotros, el kenpo es una disciplina y una forma de vida. Todo lo que hacemos lo traspasamos al kenpo, y es darle sentido y valores a nuestra vida diaria.

Aunque estés enfocado al kenpo, tienes experiencia y formación en otras artes marciales.

Sí, tengo varios cinturones negros en diferentes artes marciales. Lo que pasa es que el kenpo es una disciplina que trabaja prácticamente todos los aspectos que pueden englobar las artes marciales. Es por eso que, realmente, no necesitas dedicarte a las otras, ya que esta ya cumple con todo esos requisitos.

Desde que empezaste, ¿cómo ha cambiado el mundo de esta disciplina?

Lo bueno es que, poco a poco, se va conociendo cada vez más. Quizás la parte mala, que es la más visible, es la deportiva. Porque normalmente las artes marciales pierden gran parte de su esencia con el deporte, porque es algo que tenemos que vender en medios, y la parte que vende es cada vez más espectacular. Es lo que arrastra pero, con eso, estamos perdiendo un poco la esencia tradicional, que a mí, personalmente, es la que más me gusta. Y la educativa, pues hay muchos niños, aquí en Vilagarcía tenemos más de 120 niños entrenando en el gimnasio y cerca de 200 en O Salnés, y al final muy pocos se dedican a esto a nivel deportivo. Y se le saca mucho más provecho a la parte no deportiva que a la deportiva. De hechi, en la actualidad, en el gimnasio Evofit de Vilagarcia, tenemos clases para niños desde los tres años de edad y también estamos en el pabellón multiusos de Vilanova de Arousa.

En la actualidad, entre Vilagarcía y O Salnés el club entrena a alrededor de 300 niños. ¿Con cuántos comenzasteis?

Yo empecé en Vilagarcía porque venía de cumplir el servicio militar y de organizar un curso en Boiro, al que vinieron cinco chicos de Vilagarcía. Fueron ellos quienes, una semana después, me llamaron para ver si venía a Vilagarcía a darles una clase. De hecho, la primera que se hizo fue en el gimnasio del colegio Filipenses. Y a raíz de eso me propusieron venir los sábados a enseñarles. Así arrancó todo.

Esto demuestra que el interés por este deporte ha ido creciendo en los últimos años. ¿No crees?

Sí, yo lo hacía de forma desinteresada y porque es lo que me gusta. Y, poco a poco, se fue convirtiendo en parte de mi profesión. En mi actualidad la compagino con mi trabajo, pero ahora esto requiere muchísimas horas.

¿Qué le aporta a los jóvenes esta disciplina?

Yo creo que, básicamente, que la sociedad está olvidando. Es decir, un poco la educación y los valores. Porque hoy en día te puedes cruzar con un niño y casi ni es capaz de mirarte a la cara y decirte hola. Estamos perdiendo muchas costumbre y estamos muy centrados en la televisión, teléfonos, tabletas, etc. Y a los niños les aporta aprender a socializar y a entenderse con todo el mundo. Y pienso que esa es un parte vital, tanto para la actualidad como para el día de mañana, cuando tengan que trabajar o ser padres para educar a sus propios hijos. A ver si tenemos mejores padres que los que hay ahora mismo para educar a las futuras generaciones.

Hablamos de los jóvenes, pero el kenpo es una disciplina que no tiene edad, ¿no?

Okinawa, que es de dónde viene el kenpo y otras disciplinas similares, está considerado el lugar más longevo del mundo, en el que la gente llega a cumplir más años. Y es curioso como, hace poco, veíamos campeonatos de kárate que se realizan allí en los que se hacen categorías de más de 70 años, tanto en kata como en combate. Y eso es algo muy significativo de lo que aporta esta disciplina. Hay deportes punteros como el fútbol u otras disciplinas en las que, prácticamente, a los 30 años ya están jubilando a los deportistas. Aquí, a los 30 empiezas a coger el ritmo de lo que va a ser.

¿Hay suficiente apoyo en la actualidad para este tipo de disciplinas más minoritarias?

No se trata del apoyo. Creo que, en la actualidad, hay muchísimas disciplinas y muchísimos deportes y mucha variedad. Es imposible llegar a todo. Quizás lo que pasa un poco en España es que hay que ser más profesionales desde las escuelas en esta faceta. A nivel institucional, aquí en Galicia la Xunta funciona bastante bien. Pero, por ejemplo, a nivel ayuntamientos va funcionando, pero debería ser igual en todos, para profesionalizarse y encontrar la forma de tirar más hacia adelante. Creo que hay demasiados clubs y demasiadas actividades diferentes, y sin embargo pocos profesionales.

¿Crees que el kenpo será algún día disciplina olímpica?

Si te digo la verdad, que el kenpo sea olímpico a mí no es algo que me preocupe. Yo soy muy tradicional y creo que ha habido muchas artes marciales que perdieron su esencia al convertirse en olímpicas. Pienso que se puede hacer todo, pero el problema del movimiento olímpico es que hay más intereses políticos detrás que deportivos. No hay más que ver lo que está pasando con el kárate, que es el arte marcial más practicada del mundo junto con el judo, y ahora está fuera del programa olímpico de París. Y básicamente es por un movimiento político, no es por nada que tenga que ver con el deporte, porque es una disciplina muy practicada en cientos de países, mientras que hay deportes olímpicos que se practican en diez países y que casi tienen menos federados a nivel mundial que la propia Federación Española de Kárate.

¿Es entrenar a kenpo un trabajo a tiempo completo?

No. Actualmente tengo una empresa con mi compañero Rafa Carriet y somos un referente y requeridos en toda España para impartir seminarios, ponencias y talleres de prevención y defensa profesional para mujeres, acoso escolar y bullying, así como defensa personal para profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Además, es habitual que dé todos los años seminarios de kenpo a nivel internacional.