En esta ocasión entrevistamos a Pablo López, natural de Cambados y que desde hace unos años es piloto de SimRacing y, recientemente, también piloto de CarCross.

Para comenzar, ¿nos podrías explicar en qué consiste el SimRacing?

Básicamente, es competir en automovilismo a nivel virtual. Sobre todo, es para gente que no tiene acceso a ser piloto en carreras reales, ya que se requiere invertir bastante dinero. Si eres de esa gente que está dentro del Gaming, eres competitivo y, además, te gustan los coches, pues pones un volante en tu mesa o, si quieres un poco más de feeling, en un chasis y compites contra otra gente del mundo en el simulador.

¿Cómo comenzó tu interés por esta modalidad?

Pues, creo que como al 99% de la gente a la que le gustan los coches, quieren probarlos y no pueden por el tema económico. Recurres a los simuladores porque es lo más cercano a conducir un coche real en pista y competir contra otros humanos.

¿Cuáles fueron tus primeros pinitos en este mundo?

Bueno, siempre fui “consolero”. Mi hermano siempre tuvo consola en casa. Jugaba en la “Sega Megadrive” con el Mónaco GP allá por los 90. Luego, ya en 2008, compré mi primer volante y a partir de ahí empecé a aprender a conducir realmente con “Gran Turismo” y con “Live For Speed”, que eran unos simuladores de los de antaño, y a partir de ahí seguí compitiendo hasta empezar a ganar algo y decir: aquí, aquí podemos hacer algo.

¿Cómo son las competiciones internacionales en las que participas?

Pues, ahora mismo estoy compitiendo en temas de resistencia con turismos GT3. Estoy en un equipo que no es profesional a día de hoy, pero aun así estamos compitiendo contra gente que sí lo es, como el equipo de Williams, el oficial de Fórmula 1 pero en eSports, o el equipo de Max Verstappen.

Somos un grupo a nivel global; hay gente de la India, de Inglaterra, de Australia… de mogollón de sitios. Somos una piña y dedicamos bastante esfuerzo a crear el reglaje y el setup. Hacemos carreras de resistencia por relevos en los eventos especiales del simulador principal que usamos, que es iRacing.

En el año 2013 ganaste la iRacing Daytona 500, que es una competición a nivel mundial. Cuéntanos, ¿cómo fue esta experiencia u otras que hayas podido tener de este nivel?

Pues, Daytona 500 es muy especial porque es la categoría oval del simulador, hay circuitos de tipo oval como el de NASCAR y circuitos normales a los que estamos más acostumbrados los europeos.

La gente siempre me dice que eso de la NASCAR es pisar todo a fondo y que no tienes que hacer nada más. Pero no eres tú solo a fondo, sois 43 a fondo, yendo a rebufo, estás muy junto con los otros competidores y es mucho más difícil de ganar. Es un poco una lotería.

Fue una gran experiencia y, sobre todo, me valió para aprender el tema del oval, nunca había estado muy dentro de eso. La verdad es que fue muy bonito.

Me especializo más en Road, lo que llaman circuitos normales. Soy seis veces campeón de la Ferrari GT3 Challenge Virtual y en 2016 también conseguí un campeonato de Mazda que me llevó a Estados Unidos a competir por una beca de 100.000 dólares que no gané, pero que me permitió conducir un Mazda de competición por primera vez; fue en Nueva Orleans y fue, para mí, además de un sueño, el primer contacto con la competición real.

¿Cómo fue el paso de competir como un aficionado más del mundo virtual a dedicarte profesionalmente a ello?

Al final, todo se reduce a la pasión. Empecé en 2008 y me fui profesionalizando. Hacia 2016-2017, había equipos de empresas o escuderías grandes que estaban pagando a pilotos rápidos para poder avanzar en la competición. En 2018, después de ganar varios campeonatos, entré en una empresa llamada Virtual Racing School, que ofrece coaching a pilotos que, ya sea que estén empezando o lleven tiempo, necesiten mejorar esa décima o los segundos que sean para dar la telemetría, los setups, los tutoriales de cada circuito en cada coche. Después de eso, dejé mi oficio de programador web y continué en Virtual Racing School.

Explícanos, ¿cómo es tu día a día como coach de Virtual Racing School?

Tengo asignados cuatro coches de cuatro categorías diferentes. Cada semana cambian el circuito de esos cuatro coches, por lo que tengo que lograr en los cuatro circuitos la vuelta más rápida posible. Grabo la telemetría de esa vuelta perfecta, grabo los replays, los sincronizo con la telemetría en vídeo desde el cockpit y en vídeo desde la cámara trasera y luego, cuando tengo todo eso, monto un tutorial curva a curva, frenada a frenada, diciendo: tienes que tener esta referencia, tienes que frenar un cierto porcentaje, tienes que empezar a girar aquí, tienes que ir a ese vértice, tienes que mirar la salida. Y luego, comento ciertos aspectos de la competición: aquí tienes que tener cuidado con el rebufo si vienes detrás de alguien porque tienes que frenar antes… Consejos en general. Además de esos data-packs, también doy clases a nivel individual uno a uno.

¿Cómo ves el futuro de nuestros entornos digitales?

El SimRacing fue in crescendo hasta 2020, que fue un boom gracias a la pandemia. Todos los pilotos reales que no podían pilotar porque estaban encerrados en casa se metieron al SimRacing y eso fue un megaboom. Ahora está bajando un poco de ese boom, pero sigue in crescendo con respecto a cifras anteriores a 2020 porque muchos fans se quedaron y porque se ha visto que, según han confirmado miles de pilotos que corren en el simulador, ayuda mucho para ser mejores en la realidad. En la realidad, puedes hacer 20 carreras en un año como un piloto de Fórmula 1, pero en el SimRacing te haces 1000 y lo haces sin gastar gasolina ni ruedas, sin roturas ni accidentes y entrenas la mente, no solo la memoria muscular, sino la mente al competir contra otros contrincantes en tiempo real. Y eso ayuda muchísimo y se ve que todos los pilotos que están arriba Albert Zappin, Lando Norris, Jun Cadella, Álex Palou, todos ellos están en el simulador porque realmente funciona.

En el año 2021 comenzaste a competir en entorno real en CarCross. Explícanos, ¿en qué consiste esta disciplina?

El CarCross es un kart de competición pero todoterreno, con suspensiones. Es un monoplaza, con estructura por encima porque hay vuelcos.

Estoy en la categoría de AutoCross. Los CarCross también compiten en subidas de montaña o en Rally Mix. Yo no los he probado porque, básicamente, no me gusta abrazar árboles; prefiero circuitos con más seguridad, por lo que nunca los he probado. Seguro que están muy bien y son muy bonitos, pero son más peligrosos. El CarCross es un monoplaza que pesa 320 kg, tiene 130 caballos, 6 marchas con motor de moto. La conducción es adictiva porque tienes que ir de lado para ir rápido, no muy de lado como en drift, sino lo justo para hacerlo girar bien porque tiene un eje trasero rígido (no tiene diferencial) y si no lo haces girar rotándolo de lado, te vas de frente. Es difícil por esto, pero es súper divertido cuando te sale y las carreras son frenéticas, muy cortas, con 15 CarCross en la parrilla de salida hacia la curva 1, hay embudo, no tienes grip, vas derrapando… es súper bonito, a mí me gusta mucho.

Fue gracias al simulador que, durante la pandemia, los de Arteixo crearon su circuito virtualmente porque nadie podía correr y organizaron un campeonato, que gané yo y como premio me dejaron probar un CarCross. Y entonces, fue para mí una experiencia increíble, y a raíz de eso, Álex Palou, que compartía equipo conmigo en Fordzilla (el equipo oficial de Ford) cuando yo estaba allí, dijo: “Yo quiero venir a probar esto” y vino a Arteixo a probar una carrera conmigo, y para mí fue otro sueño cumplido.

A raíz de eso, intenté seguir compitiendo en CarCross, mirando el tema de alquileres, el tema de precios, porque es muy caro, intentando conseguir patrocinios aquí y allá, hasta que el año pasado compré mi primer CarCross, que era un Semog de un chico de Arteixo de segunda mano y, gracias a la victoria que conseguí la tercera vez que me subí a ese coche (porque las dos primeras tuve un fallo mecánico, en la primera se me rompió la varilla del cambio y en la segunda se me desmontó una rueda), la Base Motor Club, que es una fábrica de Carballo que dirige Michael Vilariño, me llamó y me dijo: “Vende tu CarCross”, y yo: “¿Cómo que venda mi CarCross?” Sí, dijo: “Vende tu CarCross y te ponemos uno de la Base nuevo y compites para nosotros”. Y eso ya fue el culmen de mi vida.

De hecho, el pasado enero ganaste el cuarto máster de Galicia de rally en CarCross. Cuéntanos, ¿cómo fue esa competición?

Exacto. Es una competición en el circuito de karting de Soutelo de Montes en Forcarei que es contra el tiempo. Tienes que dar tres vueltas seguidas cronometradas, lo haces cuatro veces durante el fin de semana, dos el sábado y dos el domingo. La verdad es que vienen coches potentes de todas las categorías, vienen coches de rally, coches de drift, coches de circuito, hasta vino Víctor Senra con un World Rally Car de casi un millón de euros a competir ahí. Estuve cerca del World Rally Car, pero bueno, gané mi categoría y quedé quinto en la general.

Para finalizar, ¿cómo ves tu futuro en estas dos disciplinas en las que compites?

Pues en SimRacing pienso seguir con Virtual Racing School porque, aparte de dar coaching y de los data-packs con los circuitos virtuales, montamos simuladores; también trabajamos para Porsche, de hecho, estuve de coach de Porsche en Le Mans el año pasado. En todo lo que esté relacionado con simuladores voy a estar involucrado, porque fue mi pasión durante muchos años y fue el SimRacing lo que me dio la oportunidad de cumplir mi sueño de competir en la vida real.

En cuanto a la vida real, pues voy a intentar hacer lo que pueda económicamente. Estoy compitiendo en el Campeonato Gallego de autocross. Y en diciembre se hace un torneo especial, el Car Cross Trophy en Arteixo. Esto es básicamente lo que me permite el presupuesto para pilotar; no puedo irme al campeonato nacional por toda España, pero sí que haré las pruebas de Galicia del Campeonato Nacional. Más de 10 carreras no es viable para mí.