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Entrevista a tres representantes del fútbol arousano

Fátima Frieiro | Revista eSmás Vilagarcía Nº 22

Claudio Silva, Manuel Jiménez y Pablo Coira pueden presumir de haber tocado y dominado el balón en la que se dice “la mejor liga del mundo” y de haber nacido como futbolistas, todos ellos, en el Arosa.
Entrevista a tres representantes del fútbol arousano

Representan la leyenda viva de fútbol de primer nivel nacido en Vilagarcía y, aunque sus nombres ya no forman parte de las alineaciones de la Primera División, en su día fueron piezas importantes para el desarrollo de la historia de este deporte en España. Claudio Silva, Manuel Jiménez y Pablo Coira pueden presumir de haber tocado y dominado el balón en la que se dice “la mejor liga del mundo” y de haber nacido como futbolistas, todos ellos, en el Arosa. La vida profesional de Silva y Jiménez discurrió prácticamente paralela en el Sporting de Gijón, mientras que Pablo Coira “militó” en las filas del Compostela y tuvo la suerte de proclamarse campeón del mundo con la Selección Española cuando era juvenil. Juntos analizan cómo eran los vestuarios y la práctica del fútbol en su época (Silva y Jiménez en los 80) y Coira ya en una época mucho más reciente y desmitifican además todos los clichés que existen en torno al “deporte rey”.
 

Sus nombres son reconocidos en el ámbito futbolístico profesional, pero... ¿Cómo fueron sus inicios en este deporte?

Claudio Silva: Yo, como todo el mundo, empecé jugando en Carril con mis amigos. Primero fue en la escuela y luego en la calle, en Veiga de Lamas. En aquel entonces los niños jugábamos al fútbol, no a las maquinitas. El primer campeonato que jugué fue uno que organizaba el Arosa en A Lomba todos los veranos. Fui con mis amigos y quedamos campeones. Fue cuando el Arosa nos fichó a todos para jugar en el segundo equipo juvenil, que era el Santa Eulalia. Yo compaginaba el fútbol con el baloncesto en el Liceo y con el balonmano en Carril.

Manuel Jiménez: Yo jugaba en la Praza de España, en la carretera. Pasaba un coche cada media hora o así y teníamos que parar. Luego, al igual que Claudio, jugaba en los campeonatos que organizaba el Arosa. Nos apuntamos y me ficharon. Realmente empecé a jugar mucho antes al baloncesto y lo compaginé el primer año. Llegó un momento en que no podía compaginar las dos cosas y me decidí por el fútbol. Pasamos a juveniles del Arosa y de allí ya directamente al primer equipo.

Pablo Coira: Mis inicios fueron un poco diferentes. Yo empecé en la Escuela Municipal del Arosa ya con unos 6 años. Yo jugaba menos en la calles. Cierto que en casa ya tenía referentes en el balón como mi padre o mi hermano. Viví ya unos entrenamientos más organizados desde pequeño.
Manolo Jimenez y Claudio Silva jugaron juntos en el Arosa y en el Sporting de Gijón

Pablo Coira debutó en el Compostela


¿Cómo el fútbol dejó de convertirse en una diversión para dar el salto ya al ámbito profesional?

CS: Puede decirse que tanto Manolo como yo tuvimos vidas paralelas. De hecho hasta compartimos piso en Santiago cuando estudiábamos. Yo creo que en donde de verdad jugamos al fútbol de una forma un poco más seria fue en el último año de juveniles. Ahí compaginaba la portería de balonmano del Carril con la del Arosa. En un año coincidió que nos llamaron de la Selección Galega, fuimos; ascendimos con el Arosa a tercera división y casi sin darnos cuenta estábamos viviendo del fútbol. En apenas un año podría decirse que éramos futbolistas.

MJ: Sí, son caminos muy paralelos. El entrenador que teníamos en aquel momento era Viesca, un asturiano que tenía muy buena relación con el Sporting. Él les habló de nosotros y primero firmó él y luego firmé yo. Llegamos juntos al Sporting de Gijón y allí empezó nuestra aventura

P.C: Yo debuté en tercera división con 16 años en el primer equipo del Arosa. Al año siguiente di el salto al Compostela en la división de honor media temporada. Subí al filial y al año siguiente el entrenador, Maceda, me hizo debutar con el Compostela en la Copa del Rey con 17 años. Fue un miércoles contra Las Palmas y ahí me quedé ya en el primer equipo para jugar el domingo contra el Osasuna en un partido de liga. Ese primer día como debut profesional nunca lo olvidaré. 


Está claro que hoy en día se puede vivir del fútbol, y muy bien. ¿En su época era un oficio del que se podía vivir sin problema?

C.S.:Sí, sí se podía vivir del fútbol. En nuestra época también se ganaba mucho dinero. Yo puedo decir que ya jugando en el Arosa en tercera división vivíamos de ello. Estudiábamos en Santiago y nos pagábamos el piso y los estudios y nos daba para comprar ropa y pronto un coche. Ya cuando llegamos al Sportig te daba para vivir bien y también ahorrar. Lo que pasa es que cuando tienes 20 años no piensas en los 30 o en los 40. Se podía ahorrar, no para vivir de rentas, porque eso no lo puede hacer prácticamente ningún futbolista. Siempre pongo el ejemplo de la NBA, que a los 5 años la mitad de los jugadores están arruinados. Pues del fútbol puede decirse casi lo mismo. Debes prepararte para o que viene después. Prepararte y buscarte un oficio.Seleccion española sub-21 de fútbol

M.J: El fútbol es una profesión en la que se gana dinero. Lo que pasa es que a veces se generaliza mucho. Cuando eres joven no ganas hasta que consigues un status. Cuando empiezas a jugar los contratos suelen ser bajos y hasta que estás un poco asentado en la primera división no firmas uno bueno. Además la carrera futbolística es muy corta. Normalmente debutas en torno a los 20 años y cuando consigues un status tienes unos 25 o 26. Aunque hoy en día los futbolistas se retiran más tarde, antes con 30 o 32 lo dejabas. El margen para ganar dinero es pequeño.

P.C: Yo sigo viviendo del fútbol como entrenador. Estoy de acuerdo en que la carrera de un futbolista es muy corta y que genera mucho dinero en un período muy corto. El nivel de vida que se lleva en algunos casos es descomunal. El problema es que cuando se deja de jugar se quiere mantener el mismo nivel de vida y no se puede.

C.S.: Un gran defecto del mundo del fútbol es que en lugar de pagar contratos tan altos deberían preocuparse de preparar al deportista para lo que viene después. No todos tienen que ser médicos, arquitectos o ingenieros, pero sí saber qué vas a hacer cuando tengas 35 años. Va a llegar un momento en el que vas a dejar de tener esos ingresos y vas a querer que el nivel de vida sea el mismo. Lo que tienes que hacer es prepararte para lo que quieres vivir. Lo que sea, pero prepárate. No cojas el dinero que ganaste en diez años y lo fundas en tres... No porque lo malgastes, sino porque pones un negocio del que no tienes idea y después no sabes hacer nada.


A lo largo de la carrera de un jugador hay futbolistas que les habrán marcado... ¿Cuáles destacarían?

M.J.: Yo tuve la suerte de jugar con Maradona y estamos hablando de que es uno de los mejores del mundo. También viví la última época de Cruiff, cuando ya estaba en el Levante. En nuestra época, como ocurre ahora, en la liga española estaban los mejores del mundo: Luis Pereira, Leivinha, Scotta... Verlos jugar es otro nivel. Es el fútbol en estado superior.

P.C.: Yo de todos los jugadores con los que he estado me quedo con Xavi Hernández. Estuvimos juntos en el Mundial de la Selección sub 20 en Nigeira y ya en aquel entonces cuando lo veía jugar no pestañeaba. Era una pasada. Cualquier balón, por muy difícil que fuese la situación, siempre salía. Creo que el cambio generacional de España y la manera de jugar viene un poco gracias a él. También he jugado contra Ronaldo o Zidane, que son de otra galaxia, pero me quedo con Xavi.

C.S: Yo tuve la suerte de compartir vestuario dos años con Mágico González, que es eterno. Es una auténtica maravilla. Yo creo que en aquella época Maradona y Mágico González estaban a la misma altura teniendo en cuenta que Mágico estaba en el Cádiz y era de El Salvador. Si cayera en el Madrid o en el Barcelona sería un Maradona o un Messi o Cristiano.
 

“Se puede vivir del fútbol, pero hay que saber gestionarlo todo muy bien para lo que viene después”


Pablo Coira y Manuel Jiménez, jugadores vilagarcianos de primera división

Y habrá algún partido que lleven marcado a fuego en la memoria...

P.C: Yo recuerdo con especial cariño el debut del Compostela contra Las Palmas. También el partido del Celta contra la Real Sociedad, en Balaídos. En el Mundial de Nigeria, pese a ser juvenil, también lo vives al máximo el ser campeón del mundo.

C.S.: El partido que me marcó fue un 3-2 en casa, con el Sporting jugando contra el Atlético de Madrid, que iba líder. El día anterior había fallecido la madre de Manolo y el domingo jugamos ese partido que se estaba grabando para la película “Volver a empezar”, que tuvo un Óscar y en la que salimos los dos. Yo había dedicado el partido a la madre de Manolo. Yo, en el último minuto, paré un penalti y ganamos 3-2. Aún me estoy emocionando ahora...

M.J.: Yo debuté en un trofeo Teresa Herrera, en A Coruña. Era al lado de casa y tiene siempre algo de especial. Te queda marcado el primer partido de liga y también el debut con la Selección porque tuve la suerte de estar en el Mundial de España del 82 aunque no tuvimos mucha suerte. Cuando estás jugando no le das tanta importancia, pero sí con el paso del tiempo. Vas hacia atrás y ves todo lo que hiciste en el fútbol, porque para mí era una ilusión que tenía desde crío. Puede decirse que fue cumplir un sueño de niño.

 

Equipo juvenil del ArousaEstamos en Vilagarcía y es una obligación preguntar sobre el Arosa, un equipo en el que estuvieron los tres... ¿Es este el año del ascenso?

M.J.: Estuvimos muy cerca la temporada pasada y creo que el equipo se esforzó. Yo creo que el Arosa está haciendo las cosas bien estos últimos años, tanto en lo deportivo como en lo económico. Esa es una base para seguir creciendo. Este año se cambió el equipo casi entero y hay que esperar. Si se hacen las cosas bien, más tarde o más temprano habrá recompensa.

P.C.: Estos últimos años, con Otero, estuvo a puntito de entrar en el “play off”. El año pasado fue en la última jornada y a ver qué pasa ahora con Rafa Sáez. Ojalá tenga mucha suerte. Fue entrenador mío cuando era pequeñito y ha cambiado el equipo por completo y fichado nuevos jugadores. Esperemos que el Arosa pueda tener la ilusión hasta el último partido y la afición a tope. Vilagarcia se merece un equipo en Segunda B y ojalá se pueda conseguir pronto.

C.S.: El Arosa siempre tuvo un apoyo social muy importante. Un campo que la gente venía aquí y decía que siempre estaba lleno. Vilagarcía se merece que el Arosa esté en Segunda B. Haciendo las cosas bien a veces salen mal, pero la única posibilidad de que salgan bien es hacerlas bien porque en el fútbol 2 y 2 no son 4, como en las matemáticas.

 

En Vilagarcía también está el Arousa Fútbol 7 del que salen jóvenes promesas. ¿Qué le dirían a esos niños que sueñan con ser futbolistas?

P.C: A veces hay que decirles más a los padres que a los niños (risas).

C.S.: Tanto a los niños como a los padres les diría que estudien, que se preparen y que vayan al fútbol a divertirse. Si tienen que salir futbolistas, saldrán, pero que no abandonen lo otro porque es lo más importante en esta vida. La presión que se le mete a los niños es una vergüeza, tanto por parte del entrenador como de los padres. Que sean multidisciplinares y que no se encasillen en el fútbol. Ahora con 10 años ya los queremos hacer profesionales y los estamos desgraciando.

P.C.: Es algo que se dice siempre, pero es verdad. El porcentaje de futbolistas que sale respecto a las licencias que hay es mínimo. Creo que muchos entrenadores no lo son de formación y el trabajo que hacen con los niños no siempre es el correcto. He visto actitudes de entrenadores que dan auténtica vergüenza y pienso: “¿Cómo esos padres permiten que se les entrene así?”.

M.J: Ahora los niños desde muy pequeños tienen la suerte de que tienen buenos medios para entrenar. A lo mejor no tienen medios humanos porque los entrenadores en las categorías base son chavales o señores con buena voluntad, pero con pocos conocimientos. Yo veo jugar a entrenadores que me hacen preguntarme cómo se puede permitir eso. No puede ser que un niño acabe llorando después de un partido. No se puede consentir crearles esa tensión.


 

Manuel López Arias, el portero Manolín El portero Manolín


A la lista del leyendas del fútbol de la capital arousana puede sumarse también el nombre de Manuel López Arias, el portero “Manolín”, vecino de Vilagarcía desde hace más de 20 años. Él jugó durante 15 años en la Primera División nacional. Fue desde el año 1959 en el Celta de Vigo, durante tres temporadas, y más tarde en el Sevilla y en el Granada, hasta el año 1974. Fue, y él mismo lo cuenta de forma anecdótica, el primer portero en pararle un penalti a Puskas, una de las leyendas del fútbol mundial.

El portero Manolin del Sevilla


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