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Iglesia de San Salvador de Meis

Aldana Fernández Cambas - Graduada en Historia del Arte | revista eSmás O Salnés N 31 Invierno 2024

Aunque la primera referencia a la iglesia la encontramos en 1214, en el pacto de Froila Martínez.
Iglesia de San Salvador de Meis

Parece que, al lado de la Armenteira, cualquier templo queda relegado a un segundo plano. Lamentablemente, la iglesia de San Salvador de Meis no es una excepción. Sin embargo, es otro gran ejemplo del pasado Románico de la comarca, ya que, al menos, su nave central rectangular se mantiene casi íntegra en su origen.

Aunque la primera referencia a la iglesia la encontramos en 1214, en el pacto de Froila Martínez con, precisamente, el monasterio de Armenteira¹; San Salvador de Meis sufre sucesivas reconstrucciones entre los siglos XV y XVIII. De hecho, una inscripción en el exterior del ábside marca la fecha de 1737, momento de la posible reconstrucción barroca. En el interior del ábside también se encuentra un retablo en piedra construido posteriormente, pero en el que se intenta imitar al Románico, levantando una estructura formada por varios arcos y columnas. 

Centrándonos en el exterior del edificio, podemos encontrar dos elementos destacables. Por un lado, los baldaquinos góticos y, por otro lado, el campanario barroco. En primer lugar, probablemente provenientes del templo original, hay cuatro baldaquinos que representan a Santiago Matamoros, el nacimiento de Cristo, la Adoración de los Reyes y el Descenso de la Cruz. De ellos, tres se sitúan como decoración de una fuente en el muro que rodea el terreno de la iglesia. En segundo lugar, el campanario barroco de la fachada principal. 

Dicho campanario se encuentra a la izquierda –lado norte del edificio– de la fachada. Esta fachada, a su vez, se divide en tres tramos por medio de dos contrafuertes situados a ambos lados de la puerta principal. La portada resalta por un tímpano ornamentado con una cruz potenzada rodeada de una doble arquivolta de arcos de medio punto en el que destaca su decoración ajedrezada de dos filas de tacos. De esto es interesante extraer que se use el ajedrezado como forma decorativa, ya que es típica del Románico español, pero tiene una explicación un tanto más compleja. 

Lo cierto es que, a este tipo de ornamentación, se le conoce con diferentes nombres: ajedrezado, taqueado, billetes, dados o taqueado jaqués, en honor a la Catedral de Jaca, de donde se cree que proviene. Lo peculiar es que se extiende por toda la península a través del Camino de Santiago, por lo que está presente en las ciudades principales por las que pasa y sus áreas de influencia, como es el caso de Meis. 

Lo importante de esto es entender que, más allá de una mera descripción arquitectónica, las elecciones, incluso decorativas, tienen un sentido –en este caso, histórico– que no se limitan a algo trivial. Se podría hacer una mera enumeración de elementos constructivos, pero carecería de sentido, sobre todo si el fin último es acercarse –en mayor o menor medida– al patrimonio que nos rodea. 

¹ Este pacto menciona una heredad llamada Palatium de Meix, que estaba ubicada cerca de la iglesia de San Salvador (prope ecclesiam Sancti Salvatoris).

Bibliografía: 
Románico Digital (s.f.) Meis (San Salvador) [Archivo PDF] file:///C:/Users/Usuario/Downloads/pontevedra_Meis_Salvador.pdf 

 

 


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