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La BICA mantecada: una herencia vikinga en Galicia

Margarita Torres Sevilla - Profesora Titular de Universidad de Historia Medieval | revista eSmás Vilagarcía 48 Primavera 2025

Su origen parece estar vinculado a las costumbres culinarias de los vikingos.
La BICA mantecada: una herencia vikinga en Galicia

La bica mantecada es un bizcocho tradicional de la comarca de Puebla de Trives, en la provincia de Ourense, Galicia. Con su textura densa y su capa superior ligeramente azucarada, este dulce es mucho más que una receta de la gastronomía local: es un vestigio de la influencia vikinga que dejó su huella en el norte de España. Aunque la bica mantecada se ha convertido en un emblema de la repostería gallega, su origen parece estar vinculado a las costumbres culinarias de los vikingos, quienes durante la Edad Media llegaron a la península ibérica, particularmente a las costas gallegas y asturianas.

Durante los siglos IX hasta principios del XI, los vikingos no solo saquearon las costas del norte de España, sino que también establecieron asentamientos y mezclaron sus costumbres con las de las poblaciones locales. Así, documentamos presencia de guerreros vikingos dejados a su suerte en el siglo X, después de una expedición fracasada, en la actual provincia de Ourense. O en León en el lugar llamado “Lordemanos”, clara derivación de “nordemani”, hombres del norte.

En este contexto, sabemos que los nórdicos usaban todos los derivados de la vaca, la leche, la mantequilla, en su alimentación. Ingredientes sencillos que, unidos al huevo, o la harina, forman la base de numerosas recetas. Manteca y mantequilla son ingredientes esenciales en las regiones del norte de Europa.

En Dinamarca existen bizcochos semejantes en la actualidad. Quizás lo más sorprendente es el origen de su nombre, derivado de Bikag -o Bikage-, que significa literalmente “pastel de abeja”, porque antiguamente no se usaba para endulzar el azúcar, sino la miel, en la mayoría de los postres medievales.

Este bizcocho se ha convertido en un emblema gastronómico de Galicia, tierra azotada por las incursiones de estos piratas del norte que camparon a placer por las costas de Inglaterra o Francia, asolaron territorios y, aquí, encontraron la horma de su zapato. Muchos, abandonados por sus caudillos guerreros, se encontraron solos en tierras extrañas, pero supieron adaptarse y aportar sus propias tradiciones. Así, la bica mantecada no solo es un dulce gallego, sino también un testimonio de los intercambios culturales entre los vikingos y las poblaciones locales.

Siglos después, desde los monasterios, se mantuvo viva esta y otras tradiciones, mejorando o cambiando ligeramente la receta. Hoy en día, cada vez que una familia de Puebla de Trives hornea una bica, está, en cierto modo, evocando las tradiciones de aquellos navegantes del norte que trajeron consigo no solo el caos de la guerra, sino también una rica herencia cultural y culinaria que perdura hasta nuestros días.

La bica mantecada es, por tanto, una ventana al pasado, una pieza clave para comprender la evolución de la gastronomía gallega y el impacto de los pueblos vikingos en su historia. Un hilo conductor que une a estas dos regiones, unidas por un amor común por los dulces que siguen siendo disfrutados con el mismo cariño y aprecio que siglos atrás.

 


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