La Iglesia de San Andrés de Barrantes, situada en la localidad de Ribadumia, es un ejemplo destacado de arquitectura religiosa en Galicia. Esta iglesia románica, que da nombre a la parroquia en la que se encuentra, ha experimentado transformaciones a lo largo de los años, lo que ha afectado a su estilo original.

La construcción de la iglesia se remonta al siglo XII, época en la que el románico comenzaba a difundirse en Galicia. Sin embargo, a lo largo del tiempo, ha sufrido modificaciones que han alterado su apariencia románica. Aunque gran parte de sus características originales se han perdido, la iglesia aún conserva elementos que reflejan la influencia de este estilo arquitectónico.

El estilo románico en Galicia se desarrolló principalmente entre los siglos XI y XIII, y dejó un importante legado arquitectónico en la región. Aunque compartió algunas características generales con el románico europeo, el románico gallego también presentó particularidades propias que lo distinguen.

Uno de los rasgos distintivos del románico gallego es el uso predominante de materiales locales, especialmente la piedra de granito y la pizarra. Estos materiales se utilizaron tanto en la construcción de muros como en la decoración escultórica, lo que confiere una apariencia sólida y robusta a las iglesias románicas de Galicia.

La planta basilical, con una nave central flanqueada por dos pasillos laterales, es una característica común en muchas iglesias románicas gallegas. Estas iglesias suelen tener una estructura compacta y una distribución espacial funcional.

En cuanto a la decoración, el románico gallego se caracteriza por la presencia de esculturas y relieves en sus portadas, capiteles y canecillos. Los capiteles, especialmente, se convirtieron en una forma de transmitir enseñanzas bíblicas y representar escenas religiosas y simbólicas. Estas esculturas a menudo muestran figuras humanas, animales fantásticos y motivos vegetales entrelazados.

Las portadas de las iglesias románicas gallegas también son notables por su riqueza decorativa. Suelen estar compuestas por una serie de arquivoltas decoradas con figuras esculpidas, como ángeles, apóstoles o personajes bíblicos. Estas portadas suelen ser el principal punto de acceso y una muestra destacada del arte románico en Galicia.

En cuanto a la arquitectura interior, el románico gallego destaca por sus bóvedas de cañón, que a menudo están decoradas con pinturas murales. Aunque en muchos casos estas pinturas se han deteriorado con el tiempo, todavía se pueden encontrar algunos fragmentos que muestran escenas religiosas y motivos ornamentales.

La fachada de la iglesia muestra una mezcla de elementos románicos y barrocos. La arquitectura barroca se caracteriza por su ornamentación exuberante y dinámica, en contraste con la sobriedad y simplicidad del románico. La presencia de una fachada barroca en la iglesia de San Andrés de Barrantes indica una intervención posterior que modificó la apariencia original del edificio.

Otro elemento destacado de la iglesia es su torre-campanario, que aporta un aspecto distintivo al conjunto arquitectónico. Esta torre suele ser una característica común en muchas iglesias románicas de Galicia, sirviendo como elemento de comunicación visual y acústica con la comunidad local.

Junto a la iglesia se encuentra el cementerio parroquial, un espacio que forma parte del entorno religioso y que ha sido utilizado como lugar de descanso final para los miembros de la comunidad a lo largo de los años.