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La Masonería en el Salnés y Arousa

Redacción revista eSmás | revista eSmás O Salnés Nº 24 Primavera 2023

Hablamos del origen de la Masonería y su presencia en la Ría de Arousa
La Masonería en el Salnés y Arousa

 

Tal como dice Alberto Valín Fernández, del cual tomo gran parte de este artículo, “muy pocas sociedades o instituciones filosófico-humanitarias, no estrictamente religiosas, han gozado de una continuidad tan fortalecida a lo largo de su extensa historia, amén de una extensión geográfica excepcionalmente dilatada, como la “Orden del Gran Arquitecto del Universo”, más conocida como la Masonería. Se trata, como todo el mundo sabe, de una institución de carácter filantrópìco, discreto, selectivo, jerárquico y humanista, “fundada en un sentimiento de fraternidad”, aunque la mayoría de la gente la conoce por el carácter de secretismo que ha rodeado a la institución a través de los años. Según dicho estudioso del tema, hay dos fechas claves en la formación de la masonería: 1717 y 1723. La primera, 1717, es importante porque se funda en Gran Bretaña la conocida como “First Grand Lodge”, que sería la primera organización masónica conocida de la historia, al federarse con las cuatro logias que existían en Londres en esa fecha, que hacían sus reuniones en otras tantas tabernas y tomando el nombre distintivo de dichas tabernas. Así, La logia “Goose and Gridiron”, tomaría su nombre de la tasca homónima situada en Saint Paul Church Yard; la “Crown Ale House” de la tasca con igual nombre situada en Parker Lane; la “Apple Tree” en Charles Street, Covern Garden; y la “Rummer and Grapes” procedente de la taberna situada en Chanel Row, Westminster. La otra fecha, la de 1723 es importante porque se publican, lo que se podría interpretar como la legislación de la masonería basada en las “Constitutions” de Anderson, que abarcan desde “las normas organizativas para la constitución y desenvolvimiento de una logia masónica, hasta la suma deontológica de todo buen masón”.

Desde siempre se ha entendido la masonería como organización anti religiosa, cuando la realidad es que es totalmente permisiva en ese aspecto tal como se puede leer en dichas Constituciones: “En el presente nos ha parecido más a propósito no obligar más que a aquella Religión en la que todos los hombres están de acuerdo, dejando a cada uno su opinión particular”, que consistiría en ser hombres buenos y verdaderos, hombres de honor y probidad, cualquiera que sea la denominación o creencias con que puedan ser distinguidos. Al parecer, la primera logia masónica en España fue fundada por el súbdito inglés duque de Wharton, que con el nombre de “La matritense” nació en Madrid en 1728, adscrita a la Gran Logia Masónica de Inglaterra. El periodista Miguel A. Delgado opina que en esa época había muchos ingleses en España, y que el mencionado duque era un personaje peculiar, “que se había significado por su apoyo al pretendiente jacobino al trono inglés, quien en agradecimiento le concedió el título de duque de Northumberland. Pero su trayectoria era de todo menos ejemplar y eso terminó volviéndose en su contra, y se le vinculó con numerosos escándalos, tanto económicos como licenciosos. El más sonado de ellos, su pertenencia al Club Hellfire, “cuyos miembros se jactaban de estar presididos por el mismísimo diablo”, razón por la cual fue cerrado por las autoridades inglesas. Dificil fue el aumento de las logias masónicas en España y Galicia por la vigilancia de la Inquisición, y habrá que esperar a la Guerra de Independencia para que entren con más fuerza las ideas masónicas. Efectivamente, entre la oficialidad francesa había masónicos por lo que en las regiones donde estuvieron más tiempo, se extendieron sus ideas, pero a la vez, el movimiento masónico aumentó sobre todo gracias a los liberales que asistieron a las Cortes de Cádiz, como a todos aquellos que sin meterse en política tenían ideas masónicas. Con todo, en el siglo XIX todavía la Inquisición tenía cierto poder a lo que unía el profundo catolicismo de la población, y habrá que esperar a finales de siglo para que se aprecie en todas las regiones el movimiento masónico y Galicia no quedó fuera de dichas ideas. Por ello, surgen logias con la siguiente distribución: Provincia de Coruña: 52 logias, siendo Coruña capital la que más logias tenía, debido a la extensión del liberalismo; Lugo: 22; Ourense: 12; y Pontevedra: 17, siendo Vigo donde más se había extendido la masonería. Dentro de la zona Salnés – Ría de Arousa, con la inclusión de Caldas, que es la que nos interesa en este caso podría- mos apreciar las siguientes: Puebla del Caramiñal: “La Caramiñalera no 4”. Vilagarcía: Tenía dos logias, la conocida como “Luz de Arosa no 163”, y “Sol de Arosa no 7.” En Caldas, hacia 1895 estaba la logia llamada “Fraternidad 6”, conociéndose el nombre de uno de sus componentes: Esteban Arteijo, conocido como “Venerable Maestro”.

Dice el investigador Alberto Valín, que “a saber si entre sus humildes columnas también trabajó aquel librepensador llamado Cayetano Fernández, que en carta se confesó como librepensador”. Puebla del Caramiñal: Se sabe que entre 1894 y 1895 tenía a Manuel Ameijeiras como “Venerable Maestro”. Vilagarcía de Arousa: En la “Luz de Arosa no 163” se conocen a algunos de sus miembros: Baldome- ro Corral, y los llamados “Castelar”, “Cicerón y Voltaire”, entre 1884 y 1889. En la “Sol de Arosa” se conocen los siguientes nombres: José Benito Fresco, Baptiste Caraux Bignon, Ramón Castro Iduizun, Juan Enríquez Orante, Jesús García Brea, Ramón García Brea, Juan López García, Gabriel Maneiro Gil, Leopoldo Marcos García, Juan Sánchez Manzano, Nazario Santos Fernández y los llamados dentro de la organización como Calderón, Castelar, Catalina de Bora, Cervantes, Demesio, Franklin, Galileo, Garibaldi, Hércules, Lamartine, Leotar, Maldonado, María Pita, Pelayo, Pierrad, Pineda, Pradilla, Riego, Estael y Voltaire. Todos ellos, localizados en el año 1898. Añade Valín Fernández que “lo poco que sabemos de la composición de estas sociedades masónicas induce a pensar en el hecho de que, en ambas, las profesiones relacionadas con la industria y el comercio – tanto en Villagarcía como en Carril – fueron las más influyentes de sus respectivos cuadros”, habiendo entre ellas algunas fricciones que amenazaban el mismo funcionamientos de las logias.

La masonería en Cambados tuvo lugar en el siglo XX, concretamente entre 1902 y 1909, cuando operó la logia masónica "Unión Cambadesa". Se sabe que la logia contaba con varios miembros y que se reunían en un local ubicado en la calle San Francisco de Cambados. La logia "Unión Cambadesa" parece haber tenido una corta vida, ya que dejó de operar en 1909 debido a desacuerdos internos y a la presión de las autoridades de la época. La masonería en Cambados, al igual que en el resto de la comarca del Salnés, fue perseguida y reprimida durante el régimen franquista, lo que limitó su presencia en la zona.


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