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Las Iglesias Románicas del Salnés

Victor Viana | revista eSmás O Salnés N 27 Invierno 2023

Existen numerosas muestras del Románico en la comarca.
Las Iglesias Románicas del Salnés

Hipólito de Sá Bravo divide las iglesias románicas de la comarca del Salnés en los siguientes grupos:

 

  • Iglesias de tres ábsides semicirculares, entre las que solo entra Santa María de Armenteira.
  • Iglesias de ábside semicircular, que incluyen Nuestra Señora de Mosteiro, San Martín de Agudelo, Santa María de La Lanzada, Santa María de Bemil y Santa María de Caleiro.
  • Iglesias de ábside rectangular, que engloban a Santa María de Caldas, Santa María de Simes, San Juan de Baión, Santa María de Portas, San Esteban de Saiar, San Salvador de Meis, San Juan de Meaño, San Pedro de Fontecarmoa y Santa María de Besomaño.


A continuación, se describen algunas características históricas de estas iglesias:

Santa María de Armenteira: Fundada por don Ero en el siglo XII, la traza del Cister se fusiona con influencias mozárabes, posiblemente importadas por los mismos maestros que trabajaron en la construcción del templo. Se considera una de las joyas monumentales más importantes de la provincia dentro de su estilo. En la parte norte de la capilla mayor, se encuentra el sepulcro de don Álvaro Mendoza y Sotomayor, destacando su cúpula y rosetón en perfecta concordancia con la grandiosidad de su portada.

Nuestra Señora de Mosteiro: Fundada a finales del siglo XI o principios del siglo XII, tiene una lápida sepulcral con las cinco estrellas, blasón de los Fonseca. Se supone una relación de patronazgo en la familia de los Ulloa y Fonseca. Fundada por los benedictinos de Carboeiro, pasó más tarde a los Sanjuanistas. Una curiosidad es que una ventana románica del ábside con sus columnas está oculta en el exterior, correspondiendo su abertura a una dependencia habilitada para bodega.

San Martín de Sobrán: En la parroquia de Vilaxoán, junto al pazo que perteneció al mariscal Suero Gómez de Sotomayor, hijo de Payo Gómez de Sotomayor, embajador de Enrique III en la corte del Gran Tamerlán en 1360. Este regaló al rey castellano dos princesas para casarlas con nobles de Castilla, y Payo Gómez tuvo amores con una de ellas, María, siendo castigado por Enrique III.

San Martín de Agudelo: Situada en el ayuntamiento de Barro, edificada en la segunda mitad del siglo XII. En el antiguo tímpano se ve la figura de un obelisco con su báculo, que se supone es San Martín.

Nuestra Señora de La Lanzada: Situada en la playa del mismo nombre y junto a los restos de la antigua fortaleza construida para vigilar a los invasores, sitiada por los mahometanos en 1122 y posteriormente destruida por ellos. La iglesia está edificada sobre los restos de otra más antigua y fue testigo de las luchas entre el arzobispo Gelmírez y Arias Pérez, así como entre Doña Urraca y el citado arzobispo.

Santa María de Caleiro: Perteneciente al municipio de Vilanova, aún tiene restos de la antigua iglesia, quedando la cabecera con su ábside y la mayor parte del muro sur de la nave. Pertenecía en parte al noble Ramiro Muñiz, y estaba construida en la primera mitad del siglo XII. Dicho noble regaló su parte a la iglesia de Santiago junto con San Martín de Sobrán, San Juan de Baión y la mitad de las iglesias de San Pedro de Cea, Santa Eulalia de Ribadumia, Santa Leocricia de Sisán y parte del monasterio de Cálogo.
Santa María de Simes: Perteneciente al ayuntamiento de Meaño, fue tierra de largas luchas sobre derechos y posesiones de los monasterios de Armenteira, Poio, Toxos Outos y Osera. Esta zona llamada tierra de Gondar y posteriormente tierra de Santa María de La Lanzada, fue donada inicialmente por Alfonso VII al Monasterio de Armenteira con sus salinas. Sorprende al caminante encontrar en el medio rural una iglesia románica completa, a pesar de la traza barroca de su campanario.

San Juan de Baión: Situada en el ayuntamiento de Vilanova, fue donada por Alfonso VI al Monasterio de San Martín Pinario en 1088, especificando en la donación que es "la iglesia de San Juan de Baión con sus heredades". También aparece en la donación que Ramiro Muñiz hizo a la iglesia del Apóstol Santiago en tiempos de Gelmírez, donde figura como uno de los anejos de San Martín Pinario. En su pavimento y muros se pueden ver los escudos con los blasones de los Suárez de Deza, Sarmiento, Camba, Caamaño, Figueroa y Sotomayor.

Santa María de Portas: Según Hipólito de Sá, ha perdido en gran parte su traza románica. Fue una donación que hizo Fernando II al Monasterio de Armenteira el 30 de abril de 1165.

San Salvador de Meis: Hipólito de Sá dice que es poco conocida y menos citada como iglesia románica, aunque conserva su nave románica con la portada principal y una lateral, aunque el hueco de la puerta esté tapado.

San Juan de Meaño: Para el citado investigador, esta iglesia con esta tierra nos recuerda a la poetisa gallega Herminia Fariña, ya que ella las cantó desde su casa de Simes, donde pasó los últimos días de su vida. La recuerdo desde niño; fue una luz que pronto se apagó, y hoy ya nadie la menciona ni tiene presente la popularidad de que gozó en los días en que ingresó como miembro de la Real Academia Gallega. Escribo todo esto porque fueron evocaciones despertadas en mí al estar contemplando la voluptuosidad decorativa que tienen los canecillos románicos de la Iglesia de San Juan de Meaño.

San Pedro de Fontecarmoa: Es anejo de la parroquia de Sobradelo, y es una lástima que esta pequeña iglesia del románico rural gallego no se conserve al completo, ya que desapareció la portada románica. Se nota en los muros laterales la porción que fue añadida. Indica que por el paramento se llega al conocimiento de su antigüedad si atendemos a la rusticidad y desigualdad del aparejo empleado en los muros de la nave.

Santa María de Besomaño: Situada en el ayuntamiento de Ribadumia, es una iglesia poco conocida, tal vez porque su traza arquitectónica no llame la atención como la llaman otras iglesias románicas de la zona. No obstante, hay que reconocer su belleza por su arcaico primitivismo.

 

 

 

 

 

 

 

 


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