Logo de la empresa

Mámoa do Perrón en Rubianes

Alberto Martínez Gago | Revista eSmás Vilagarcía Nº 21

Continuamos nuestro viaje por la arqueología de Arousa. Este yacimiento se sitúa en la cima del Monte Cabalo, en Rubianes, muy cerquita del núcleo urbano de Villagarcía.
Mámoa do Perrón en Rubianes
Continuamos nuestro viaje por la arqueología de Arousa y en esta ocasión nos vamos a parar en la Mámoa de Perrón. Este yacimiento se sitúa en la cima del Monte Cabalo, en Rubianes, muy cerquita del núcleo urbano de Villagarcía. Según la documentación se trataría de una mámoa de planta circular con un diámetro de unos 16 metros aproximadamente y 1 metro de altura, aunque lamentablemente en esta ocasión debido a la maleza y a la masa forestal no pudimos encontrarla.   Cómo ya saben, en otros artículos ya os hablamos de lo que era una mámoa, así que en esta ocasión haremos un resumen.

¿Qué es una Mámoa?

Una Mámoa (Dolmen) es una tumba de la cultura denominada Megalitismo, aunque hoy en día no presenta ese carácter megalítico (mega=grande, litos=piedra), debido a las diferentes alteraciones que ha sufrido a lo largo del tiempo. Uno de los aspectos más característicos del Megalitismo era la construcción de grandes monumentos con piedras (dólmenes, círculos líticos, henges, alineación de menhires, etc.). Entre las construcciones más numerosas destacan las que denominamos mámoas, medorras, medoñas, antas, etc. (dólmenes en castellano). Su cronología abarcaría aproximadamente desde el VI milenio A.C. hasta el II milenio A.C., desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce, aunque no se “utilizaron” todo el tiempo ya que muchas fueran abandonadas durante mucho tiempo, y solo algunas fueron reutilizadas posteriormente. Eran tumbas colectivas, en las que las pequeñas tribus de 20-30 individuos enterraban a sus difuntos. Éstas se situaban normalmente en zonas de paso, en las cimas de las sierras de superficies planas (como en el Alto del Barbanza) o en llanuras situadas a media altura (como las Mámoas do Alto del Pousadorio) desde donde se obtiene un dominio visual muy amplio del entorno.  Sostienen algunos investigadores que a través de estas construcciones las distintas tribus legitimaban su dominio sobre ese territorio, sobre esos recursos naturales circundantes, de ahí su situación espacial y su monumentalidad.

Distinguiremos 3 tipos de tumbas (mámoas), con una cierta evolución histórica, aunque el fenómeno tumular como lo llaman algunos investigadores es bastante más complejo: de cámara sencilla, de corredor y cista. De cámara sencilla, como aparentemente se presenta aquí: preparaban una superficie, más o menos plana, para construir una cámara poligonal con grandes piedras hincadas verticalmente en el suelo y ligeramente inclinadas hacia el interior , sobre las que se situaba una losa de cubrición cerrando la cámara. Después se cubría toda la estructura con tierra sobre la que se colocaban piedras de pequeñas y medianas dimensiones, más o menos planas en ocasiones, a modo de coraza, dando la apariencia de pequeñas montañas o túmulos (ver dibujo) Estos túmulos suelen presentar una forma circular u ovalada.

Cabe mencionar también, que en el centro del mismo se presenta hoy en día un denominado cono de expoliación, fruto de los diversos saqueos producidos a lo largo de la historia en la búsqueda de los tesoros de los difuntos, sobre todo a partir del siglo XVII, el famoso “tesoro dos mouros”. Finalmente, en ocasiones, un anillo de piedras rodeaba todo el túmulo delimitando así quizás el espacio sagrado del profano. Esto es a grandes rasgos, ya que como ya os he comentado el fenómeno tumular es más complejo y existen túmulos sin cámara, sin anillos, etc…

Esperemos que en otra ocasión podamos encontrar la Mámoa del Perrón. Hasta el próximo artículo, disfruten de nuestro patrimonio.

 

Anunciantes en el número actual la revista eSmás:


Scroll to Top