Si antes del confinamiento nos hubieran preguntado a cualquiera de nosotros como creíamos que reaccionarían nuestros hijos ante una situación así, seguro que la inmensa mayoría de padres respondería que no serían capaces de aguantar en casa encerrados, que se subirían por las paredes y tendrían rabietas cada dos minutos. Tras compartir experiencias entre numerosos padres, lo cierto es que los primeros sorprendidos somos los que hemos visto a nuestros hijos adoptar una actitud de resignación, paciencia y cordura que muchos adultos no tuvieron durante los 46 días de confinamiento que vivieron. La gran parte de los adultos tuvimos la oportunidad de salir de nuestros hogares durante ese tiempo, ya fuese a por comida, por trabajo o  alguna otra razón de peso. Sin embargo, los niños se quedaron en casa cumpliendo su obligación, como verdaderos héroes.

Dejando polémicas aparte, como la comparación entre el derecho a pasear de los perros y los niños, lo cierto es que nuestros pequeños fueron todo un ejemplo en la crisis. Y lo siguen siendo a día de hoy. Los niños entienden perfectamente que el “bicho” sigue estando en la calle,  que aún no hay ninguna cura y que por ello debemos extremar la precaución y usar la mascarilla en todo momento. Por eso me gustaría animar a ese reconocimiento a todos los pequeños que están siendo todo un ejemplo para el resto de la población. Muchos otros grupos de edad deberían aprender de su responsabilidad para evitar posibles brotes en esta pandemia que debemos vencer entre todos.