En consulta una paciente me habló de una frase que le había dicho una persona importante en su vida y que le había marcado y le seguía marcando mucho, y, además, era una de las fuentes donde bebía su sufrimiento: “La vida no es cómo la soñamos”. 

Es una frase que nos puede también acompañar a nosotros e incluso podemos en un determinado momento expresar a otra persona. Parece claro su significado. En muchas ocasiones la vida que tenemos no es cómo la hemos imaginado. Algunos, de pequeños, pensaban en un futuro bien distinto al presente que están viviendo. Y para otros sus sueños se parecen bastante a lo que es su vida actual, los más afortunados.

Reflexionando con más profundidad parecen palabras tristes y sin esperanza. Además son palabras duras si la persona que las escucha no está pasando un buen momento anímico. Levantar una bandera con esta frase escrita en ella, puede parecer un ejemplo de rendirse a la vida.

Frankl (1959): “Al ser humano se le puede quitar todo excepto la libertad de elección de la actitud ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”. Viktor Frankl, psiquiatra austríaco fundador de la logoterapia sobrevivió en varios campos de concentración desde 1942 a 1945 y estudió la actitud del ser humano ante los retos y oportunidades de la vida. En su obra manifiesta que una actitud positiva permite superar el sufrimiento y las frustraciones y una actitud negativa profundiza las decepciones e intensifica el dolor.  

Algunos de nuestros sueños se cumplirán y otros no, pero eso nunca debe impedir dejar de soñar y encontrar nuestro propio camino.
Desde que llegamos a este mundo, la vida tiene sentido si soñamos con una vida mejor, con un mundo mejor. Sueños tejidos y creados con nuestra alegría, nuestra espontaneidad y nuestras emociones. Es un impulso vital procedente de nuestro Niño Libre presente en nuestro mundo interior que nos permite vivir y desarrollarnos como personas, aprendiendo, explorando y expresándonos de forma natural y libre.
¿Qué sería de nosotros si dejáramos de soñar? ¿Si dejáramos de ilusionarnos por un proyecto, por una idea?

“La vida no es como la soñamos” encierra un significado más profundo de miedo, desesperanza y mucha tristeza. Teniendo nuestros sueños presentes conectamos con nuestra valentía, nuestro valor, con la alegría por estar vivos y con la esperanza de una vida mejor.

En los Juegos Paralímpicos están presentes muchas historias valientes. Personas que han perdido la movilidad, o han perdido alguna extremidad por un accidente y compiten en silla de ruedas, con prótesis o sentados como el voleibol. Tienen algún tipo de discapacidad, física, intelectual o sensorial pero no se rinden, estos atletas persiguen sus sueños, llegar a unos Juegos Olímpicos y conseguir alguna medalla. Para estos atletas la vida que están viviendo no es como se la han imaginado, pero al igual que Viktor Frankl, el psiquiatra que sufrió el terror nazi, persiguen sus sueños, libremente eligen tener una actitud diferente, valiente, alegre y esperanzada. 

Para estos atletas aunque su vida no es como la hayan soñado, se han atrevido a seguir soñando, porque nos pueden quitar todo excepto la libertad de decidir nuestro propio camino tejido con nuestros sueños.