En los últimos años los investigadores han conseguido explicar por qué los humanos aprecian tanto a sus mascotas y, también,por qué la relación entre las personas y los animales suele ser beneficiosa para la salud humana. No es sorprendente, por tanto, que el fuerte vínculo entre las personas y sus mascotas se refleje en la preocupación por cuidar su salud y su nutrición. Gracias al desarrollo de la veterinaria se han establecido programas de vacunación para proteger a perros y gatos de muchas enfermedades letales, así como procedimientos médicos que contribuyen a alargar su vida.
Pero hablando estrictamente de nutrición, hay un factor sobre los perros que a menudo no se tiene en cuenta y que puede ser demostrado a través de hechos: los perros, la especie canis lupus, son carnívoros. ¿Por qué los alimentamos como si fuese cualquier otro animal (herbívoro u omnívoro) en lugar de un perro (carnívoro)? Alimentar de forma correcta cualquier organismo es el pilar sobre el que se asienta su salud.
Resulta de interés atender a la salud de los perros desde la base, que no es otra cosa que una correcta nutrición. Más allá de las marcas, lo importante no es alimentarlos con una buena, mediana o mala. El objetivo principal es que alimentemos a nuestros compañeros con calidad, empleando para ello dietas caseras, pudiendo incluso compartir nuestras propias comidas con ellos y también dándoles alimentos comerciales de calidad, de una forma proporcionada. Es decir: lo realmente importante en la alimentación de los perros serían la variedad y la base en proteína y grasa animal, lo más naturales posibles, siguiendo la dieta de un carnívoro.
Hechos que demuestran que el perro es un animal carnívoro:
1. Su tracto digestivo. Los herbívoros (como las vacas) y omnívoros (como los seres humanos) tienen un tracto digestivo largo, de hasta 12 veces su tamaño corporal. Los carnívoros, por el contrario, tienen un tacto digestivo corto, de tan solo tres veces su tamaño corporal. Esto es así porque al alimentarse principalmente de proteína y grasa animal, estas sustancias son digeridas de forma rápida en el estómago, sin necesidad de fermentación. EL tracto digestivo de los carnívoros es, además, simple y ácido.
2. La acidez. Herbívoros y omnívoros tienen un pH de 5 en su estómago, no muy ácido. Los carnívoros tienen un pH de solo 1 (entre 1 y 2 en el caso de los perros). Si metiésemos el dedo ahí durante unos minutos, saldría solamente la falange, sin carne. Esta tremenda acidez es debida a que las proteínas (la carne de las presas) necesitan un pH ácido para ser degradadas. Además, esta acidez destruye casi todas las bacterias presentes en las carnes en descomposición.
Los carnívoros no dejan de ser unos carroñeros, siempre han comido alimentos crudos y muchas veces en descomposición, por lo que tuvieron que crear un sistema de defensa contra esta carne putrefacta.
3. Los dientes afilados. Mira los colmillos de tu perro. Afilados, largos y puntiagudos como los del león, el lobo... Han sido creados así para encajarse, rasgar y matar a sus presas. Échale un vistazo a sus muelas. No son planas ni cuadradas (como las de una vaca), sino que tienen forma de cizalla para triturar y romper huesos.
4. El movimiento vertical de sus mandíbulas. Los carnívoros, incluidos los perros, no mueven la boca de forma horizontal y rotatoria, sino vertical. ¿Por qué? Porque no mastican, sino que desgarran, trituran y tragan, en contra de lo que puede hacer una vaca, por ejemplo, que mueve la mandíbula de forma horizontal y circular para moler granos y vegetales.
5. La falta de amilasa. Se trata de una enzima presente en la boca de la mayoría de herbívoros y omnívoros, necesaria para desdoblar los carbohidratos presentes en sus alimentos. Estas especies mastican mucho su alimento, salivan, y precisamente en la saliva se encuentra la amilasa. Los carnívoros no producen amilasa, no la necesitan porque su dieta no está basada ni en cereales ni granos. Alimentar a un carnívoro con carbohidratos de forma continua fuerza a su páncreas para que produzca más insulina (la hormona que introduce el azúcar a las células). El páncreas de un carnívoro trabaja mucho menos que el de omnívoros y herbívoros porque no está acostumbrado a grandes cantidades de carbohidratos.
En definitiva, alimentar de forma correcta cualquier organismo es el pilar sobre el que se asienta su salud.