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Os Cruceiros

Lucía D. Bóveda | revista eSmás Vilagarcía Nº33 - Verano 2021

¿Protección de los caminos o redención de pecados?
Os Cruceiros

En un cruce de caminos o cerca de construcciones religiosas, como ermitas, iglesias y cementerios. Es la ubicación en la que solemos encontrar los cruceiros y hay censados unos 12.000 en todo el territorio gallego, de los que la mayoría se construyeron entre los siglos XVI y XVIII. Decía Castelao que son un “perdón del cielo”, pues creía que se erigieron para hacerse perdonar algún pecado, pero, la realidad, es que también existe la creencia popular de que se construían para proteger a los viajeros. Otra de las principales razones de su origen está en la voluntad de la Iglesia de cristianizar lugares en los que había el temor de que haya ataques de los muertos y del demonio.

Realmente, hace ya siete siglos que comenzó a llevarse a cabo la práctica de sacralizar signos y lugares que fueran paganos, así como santificar acontecimientos con este símbolo. Algunos son verdaderas obras de arte realizadas por los más ilustres canteros de cada época. Es difícil saber en la actualidad por qué se erigió el primer cruceiro en su momento, pero lo que está claro es que se han levantado a lo largo de los siglos por muy diversas razones.

Algunos fueron construidos para recordar hechos doloro- sos, como una muerte o un crimen; para recordar aconteci- mientos históricos o la aparición de la Santa Compaña (por esa creencia de que convertía en sagrado el lugar en el que se colocaba); para marcar límites jurisdiccionales, civiles o eclesiásticos; para proteger a los animales en las plazas del ganado o para tener buenas cosechas si estaban próximos a un campo, etc. Lo que está claro, sobre todo viendo la variedad de lugares en los que hay cruceiros instalados, es que sus aplicaciones no tenían fin, sobretodo en una socie- dad en la que la religión gobernaba su vida.

Pese a no ser exclusivos del territorio gallego, los cruceiros han llegado hasta nuestros días como uno de los elementos más significativos de nuestra iconografía. En otras partes de España también aparecen, y son muy similares a los que existen en la Bretaña francesa, por lo que se especula que ese sea su origen. De hecho, se cree que fue San Vicente Ferrer quien, junto a los dominicos, fue impulsor en Galicia de estos monumentos en el siglo XV. EL santo se dedicó a predicar por Europa Occidental y visitó los princi- pales centros de peregrinación, como Santiago, donde erigió muchos de los cruceiros que aún se pueden ver.

Lo que es seguro es que se desarrollaron durante la contra- rreforma, pues no existen cruceiros previos al Concilio de Trento, que terminó en 1564 y, desde entonces, su número aumentó ampliamente. Otro acontecimiento que pudo impulsar su aparición fue el establecimiento de la Inquisi- ción en Galicia en 1562.

Son muchas las tradiciones y leyendas que hay alrededor de los cruceiros en nuestros días y no hay ninguna duda de que son una de las principales señas de identidad del paisa- je y patrimonio gallego.


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