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Señales de que tu hijo debe acudir al ortodoncista

Redacción revista eSmás | revista eSmás Vilagarcía Nº 36 Primavera 2022

Es habitual que los padres duden cuándo deben sus hijos acudir al ortodoncista por primera vez.
Señales de que tu hijo debe acudir al ortodoncista

Es habitual que los padres duden cuándo deben sus hijos acudir al ortodoncista por primera vez. Cuidar su salud dental es vital desde que son pequeños, sobre todo para evitar problemas bucodentales en el futuro. La ortodoncista de Vilagarcía Carolina Méndez recomienda que siempre se lleven alrededor de los seis o siete años, para que se puedan detectar de manera precoz las posibles maloclusiones, es decir, un mal alineamiento de los dientes que hace que los superiores e inferiores encajen mal entre sí. Además, permitirá detectar, en caso de que los haya, otros problemas esqueléticos. De esta manera, será posible evitar que tengan que hacer tratamientos más complejos cuando sean más mayores o incluso adultos.

Es precisamente esta edad a la que suelen caerse los dientes de leche y empiezan a salir los definitivos. De esta manera, con ayuda de un profesional odontólogo podremos detectar problemas que pueden ser invisibles para nuestros ojos. Además, como explica Carolina Méndez, a esas edades las alteraciones son más sencillas de corregir, y se suele conseguir con buenos resultados.

Indicios de alerta

Pese a que la norma general es llevar a los pequeños al ortodoncista sobre los seis años, Méndez recuerda que hay varias situaciones en las que debemos estar alerta. Hay una serie de indicios que llevan a pensar que los pequeños podrían necesitar visitar al ortodoncista. Alguno de los problemas pueden tener que ver con la mandíbula. Por ejemplo, si se le desvía cuando abre o cierra la boca, si la tiene muy grande o si la boca provoca ruido al abrir o

Pero eso no es todo, pues, como explica la ortodoncista, pueden producirse diferentes problemas con los dientes de leche. Así, es recomendable que acuda a un profesional odontólogo si los pierde demasiado pronto o demasiado tarde o si los permanentes le tardan mucho en salir. Hay muchos más indicios que deberían alertarnos, como si tiene problemas de masticación o dicción, si ronca o realiza apneas al dormir, si respira por la boca, etc.

No hay que olvidarse, además, de la herencia genética, pues hay muchos problemas dentales que se deben a la genética de los padres. De esta manera, si la madre o el padre llevaron, o deberían haber llevado, ortodoncia, hay más posibilidades de que los pequeños también lo necesiten. Hablamos de problemas como una formación incompleta del esmalte dental, periodontitis, discrepancias esqueléticas, etc.


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